Para Luena, una nueva reunión del pacto sería "una oportunidad" para que "otros grupos", en alusión a Podemos, firmen el pacto como "miembros de pleno derecho" y no solo como observadores. Esta opinión la ha secundado la portavoz 'popular' Ana Belén Vázquez, todo ello durante una comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis.
La respuesta del portavoz de Podemos, Rafael Mayoral, ha sido decir que precisamente la "lealtad con el Estado" de su partido en este ámbito consiste en "defender el pluralismo político y tener la capacidad de mantener posiciones propias cuando algunos contenidos no se comparten".
UN "EMPEÑO DEL ESTADO"
Dastis, por su parte, ha celebrado que Podemos "reconozca que la lucha antiterrorista es un empeño de Estado", aunque pueda haber "divergencias". Esas divergencias, ha opinado, deberían poder superarse, abordarse o "ver si se pueden dejar de lado".
Para el ministro de Exteriores, el pacto antiyihadista es "una muestra, por imperfecta que pueda ser", de que la lucha antiterrorista es un empeño de Estado, y por eso ha asegurado que el Gobierno siempre está dispuesto a convocarlo y a examinar cómo puede ser "afinado o adaptado" a la amenaza terrorista.
Ya este miércoles la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, emplazó a los grupos parlamentarios a cerrar un orden del día para una nueva reunión del pacto, a raíz de una petición de Albert Rivera.
En el pleno de control al Gobierno, Rivera recordó que el pacto antiterrorista no se convoca desde el 22 de marzo de 2016, cuando la realidad es que "el terrorismo está cambiando, va todo muy rápido".
De hecho, en su comparecencia ante la Comisión, el propio Dastis ha reconocido que ha habido "saltos cualitativos" en la comisión de los atentados yihadistas: primero con el paso de los "lobos solitarios" a las "acciones planificadas y con instrucciones impartidas desde un centro de poder de DAESH en Siria", como fue el caso de los atentados de París en noviembre de 2015.
Y después con el uso de "acciones dispersas y desorganizadas, difíciles de controlar" como fue el atropello masivo de personas con un camión en las calles de Niza el 14 de julio de 2016, un procedimiento que se repitió en Berlín el pasado diciembre y en Estocolmo en abril.
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