Sin espacio para estar de pie ni tumbarse, en pleno desierto y en completa oscuridad. Así han tenido meses encerradas a mujeres yazidíes los miembros del Estado Islámico.
Unos paneles pequeños sobre la arena son el único indicio del horror que se encuentra debajo. Combatientes kurdos han encontrado unas pequeñas cámaras excavadas bajo el desierto del norte de Siria y estiman que el Estado Islámico las utilizaba como calabozos para retener a las mujeres que habían capturado en las proximidades de Sinyar (Irak).
La cadena de televisión Sky News ha divulgado las primeras imágenes de estas prisiones, cuyas paredes tienen marcas que parecen arañazos y dibujos muy rudimentarios que las secuestradas habrían hecho para pasar el tiempo.
Por el momento se desconoce el paradero de las mujeres apresadas.
Las fuerzas kurdas descubrieron las celdas tras expulsar a los yihadistas de Sinyar, tras la ofensiva que comenzó el pasado 12 de noviembre y que desarrollaron con el apoyo de los aliados de la coalición antiterrorista.
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