Madrid, 4 may.- El etarra Juan Ramón Carasatorre Aldaz, condenado por el asesinato en 1995 del concejal del PP Gregorio Ordóñez, se enfrenta el jueves en un juicio en la Audiencia Nacional a una petición del fiscal de 10 años de cárcel por un delito de depósito de armas de guerra.
En sus conclusiones provisionales, el fiscal Carlos Bautista relata que cuando Carasatorre, "Zapata" o "Mikel", formaba parte del "comando Donosti" de ETA recibió, entre finales de 1995 y junio de 1995, un cargamento de armas y explosivos.
Una parte de ese cargamento fue depositada en un domicilio de la calle Pelotari de la localidad de Astigarraga (Guipúzcoa) y la otra en el interior del panteón de la familia Tapia-Sagarna, en el cementerio municipal de Hernani (Guipúzcoa).
El registro efectuado por las Fuerzas de Seguridad en el domicilio de la calle Pelotari fue declarado nulo de pleno derecho, pero sí fue valido el del cementerio de Hernani.
En ese lugar fueron halladas, en prefecto estado de funcionamiento, 12 granadas tipo Mekar, siete cajas de munición de la caja Remington, otras seis de la caja Winchester, una pistola Browning y dos cargadores, un fusil Mat, otro de la marca Uzi y un subfusil Kalshnikov, entre otros efectos.
La Audiencia Nacional condenó en 2011 a Carasatorre a 30 años de cárcel por el asesinato en 1995 del concejal del PP en San Sebastián Gregorio Ordóñez y a otros 10 por un delito de estragos terroristas por su intervención en un ataque con lanzagranadas contra la sede del Gobierno Civil de Guipúzcoa en San Sebastián en julio de 1995.
En septiembre de 1995, el etarra huyó a Francia y empezó a impartir "cursillos" de armas y explosivos. Su detención se produjo en la localidad francesa de Auch el 12 de diciembre de 2001.
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