La tregua de "la última oportunidad" se mantiene en Siria

La tregua en Siria, considerada como la de la "última oportunidad" para poner fin a una guerra que dejó más de 300.000 muertos, parecía aguantar, aunque la ausencia de ayuda humanitaria causaba decepción en las zonas asediadas.

El cese de los combate se produjo el mismo día que el número de muertos superaba los 300.000, entre ellos más de 87.000 civiles, además de millones de desplazados, en la guerra desencadenada marzo de 2011, según un nuevo balance del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

A las 19h00 locales del lunes (16h00 GMT) entró en vigor una tregua pactada por Rusia y Estados Unidos, que apoyan respectivamente al régimen y a los rebeldes, en un nuevo intento de poner fin a más de cinco años de guerra.

El enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, aplaudió una "significativa caída de la violencia" aunque se habían registrado algunos episodios violentos aislados.

Con todo, el enviado de la ONU admitió que Naciones Unidas no había entregado ayuda a los civiles durante el primer día de tregua, por las dudas sobre la seguridad en la región, y solicitó "garantías de que los conductores y el convoy" no serán atacados.

Corresponsales de la AFP situados en ambas partes de la ciudad de Alepo, la controlada por los rebeldes y la controlado por el régimen; y en Damasco, gobernada por el régimen, constataron que la situación estaba tranquila.

Por su parte, el OSDH informó de que se habían producido episodios esporádicos de violencia en diferentes partes del país, cometidos por ambos bandos, pero que no habían dejado muertos.

Damasco acusó a la oposición de una serie de violaciones y su aliado, el ejército ruso, afirmó el martes que las fuerzas del régimen respetaban el alto el fuego pero que los rebeldes habían disparado "en 23 ocasiones contra barrios residenciales y las posiciones de las fuerzas gubernamentales".

Para poder enviar ayuda a los barrios rebeldes sitiados de Alepo, militares rusos instalaron un punto de observación móvil en la ruta de Castello, un eje de acceso vital al norte de la segunda ciudad siria que une la región con la frontera turca, desde donde proviene esta ayuda, según las agencias de prensa rusas.

Pero Damasco anunció que rechazaría el ingreso de ayuda de Turquía a los barrios rebeldes de Alepo si no se coordinaba con el gobierno de Bashar al Asad y con la ONU.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que negoció el acuerdo con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, consideró que la tregua podría "ser la última oportunidad de salvar" Siria.

En numerosas localidades y ciudades, en particular las que controlan los rebeldes, en la mira de los incesantes bombardeos de la aviación del régimen, la población estaba aliviada.

Los niños volvieron el martes a subirse a los columpios en la parte rebelde de Alepo sin miedo a que sus juegos terminaran en tragedia. Otros, de más edad, jugaban al fútbol bajo un puente destruido.

Pero, al contrario que antes de la guerra, esta fiesta religiosa del Eid no vino acompañada de un festín, pues gran parte de los puestos del mercado estaban vacíos y la ayuda humanitaria no había llegado.

En la parte gubernamental de Alepo, cerca de la línea de demarcación, Habib Badr elogiaba la tranquilidad imperante.

"Mi casa está cerca del hospital Ramzi y suelo oír las sirenas de las ambulancias cada dos o tres horas. Pero hoy, nada", afirmó.

El régimen congeló sus operaciones militares "en el territorio" hasta el 18 de septiembre a las 21h00 GMT.

Todo ello no impide que el escepticismo prevalezca sobre el éxito de esta nueva tregua.

Al igual que en la anterior, a finales de febrero, que duró unas semanas, los grupos yihadistas, Estado Islámico y Frente Fateh al Sham (ex Frente Al Nosra, brazo sirio de Al Qaida), que controlan amplios sectores del país, están excluidos.

El alto mando de las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio (Centcom) anunció en un comunicado que tres ataques aéreos efectuados en Siria contra el grupo Estado Islámico los seis últimos días pudieron causar víctimas civiles.

Fuertes combates opusieron en la provincia central de Hama a fuerzas del régimen y de la facción yihadista Jund al Aqsa, considerada terrorista por varios países, según el OSDH.

Si se respeta durante una semana, este cese de hostilidades podría desembocar en una inédita colaboración entre Moscú y Washington contra los dos grupos yihadistas.

Moscú y Washington pretenden favorecer la reanudación de las negociaciones entre el régimen y los rebeldes para poner fin al conflicto.

Mostrar comentarios