Diez razones económicas para indignarse

  • El paro juvenil es el más elevado del mundo desarrollado, los salarios son bajos, la vivienda sigue inalcanzable y la jubilación se complica. Los jóvenes españoles tienen mucho que reprocharle a la economía.
El oso de Sol se convierte en uno de los símbolos de la protesta ciudadana que ocupa la Puerta del Sol
El oso de Sol se convierte en uno de los símbolos de la protesta ciudadana que ocupa la Puerta del Sol
Álex Medina R.

¿Por qué? Seguramente, cada uno podría tener sus razones, sufrir media docena de agravios o incluso solidarizarse sin más con la causa.

Pero está claro que el movimiento que ha tomado las calles españoles durante esta semana hunde buena parte de su indignación en el hoyo de la crisis económica.

Habrá, desde luego, muchos más, pero aquí van diez motivos como diez pancartas:

1-. El paro juvenil roza el 40%. Es el más elevado del mundo desarrollado, según ha denunciado la Organización Internacional del Trabajo. Por tramos de edad, los más afectados son los jóvenes de entre 20 y 24 años, que sufrían una tasa de desempleo del 41,27% en el primer trimestre de 2011 (datos de la Encuesta de Población Activa). Entre los 25 y 29 años se podría hablar de cierta mejora, pero un 27,24% de parados nunca se podría considerar positivo.

Como complemento a todo lo anterior, la propia EPA dimensiona el tamaño del deterioro si se mira los mismos datos a principios de 2006. El paro juvenil vivía entonces entre un 11% y un 16% de media.

2-. Salarios. La Encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística de 2009, que recoge datos de 2008, es elocuente: un trabajador de 20 años cobra 13.293 euros anuales de media. A partir de los 25, la paga sube a 17.434, pero aún está lejos de los 21.883 euros de promedio nacional. 

3-. Vivienda. Con un salario de unos 1.200 euros al mes en 14 pagas, el precio máximo de inmueble al que se puede aspirar hoy día ronda los 115.000 euros. A partir de ahí, y teniendo en cuenta que el umbral medio de sueldo en los jóvenes baja de 1.000 euros al mes, la brecha entre ingresos y precio es insalvable.

4-. Irse de casa. La edad de emancipación se ha extendido casi hasta los 30 años, cuando en los ochenta no pasaba de los 25. Eurostat, oficina estadística europea, calcula que el 35,4% de los españoles entre 25 y 35 años todavía reside con sus padres. Es diez puntos más que la media continental.

5-. Principales víctimas. En lo más duro de la crisis, entre finales de 2007 y 2009, el 80% del trabajo que se destruyó en España afectó a los empleados de menor edad.

6-. Adiós a las aulas. El 31% de los adolescentes españoles no acaba los estudios obligatorios, una tasa de abandono escolar que duplica la media europea y que se ha incrementado en más de siete puntos en la última década.

7-. Preparados para nada. Aunque, claro, si se continúa en los estudios tampoco se garantiza nada. España lidera el porcentaje de jóvenes con alta cualificación que no encuentran un empleo: el 11,8%. De nuevo, doblamos el promedio comunitario.

8-. ¿Sin pensión? Con la ampliación del tiempo requerido de cotización, los márgenes se estrechan si se quiere recibir una pensión completa. El problema es que la edad media de incorporación al mercado laboral va creciendo por culpa de la crisis y ya va por los 24 años.  

9-. Preocupación. ¿Los jóvenes sólo piensan en el presente y divertirse? El Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas de 2006 recogía que el 37,5% de los jóvenes entre 18 y 24 años consideraba que el paro era su primer problema personal. En marzo de 2010 esa cifra va por el 60%.

10-. Pesimismo absoluto. La Fundación SM pulsó la opinión de los jóvenes entre 15 y 24 años a finales del año pasado. Las conclusiones fueron demoledoras: el 46,3% declara su "falta de confianza en un futuro prometedor independientemente de la crisis" y más de uno de cada tres considera que "por muchos esfuerzos que uno haga en la vida nunca se consigue lo que se desea".

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