Antonio Argandoña: "Los empresarios deberían decir a los políticos: ¡ni un sobre más!"

    • La crisis ha provocado una honda decepción hacia el sistema de libre mercado. ¿Han fallado las empresas a la sociedad? ¿Qué deben hacer para recuperar el prestigio perdido?
    • Antonio Argandoña, profesor de Economía en el IESE, explica en esta entrevista por qué los negocios no son incompatibles con la "responsabilidad social", incluso cuando hay recortes y despidos.
Antonio Argandoña, profesor de economía en la escuela de negocios IESE
Antonio Argandoña, profesor de economía en la escuela de negocios IESE
IESE

"¿Te has dado cuenta de que cuando haces que tus empleados mientan para aumentar las ventas les estás degradando como personas?". Antonio Argandoña, estudioso de la responsabilidad social de la empresa, es profesor veterano en escuela de Negocios IESE. Reconoce que las empresas no pasan por su mejor momento de prestigio social. Pero recuerda que ningún empresario despide por gusto. El Estado tampoco se lo pone fácil.

¿Me permite que empiece con una provocación?
Adelante.

Es un chiste. ¿Sabe que el libro más corto del mundo se titula "Manual de ética empresarial"?
Je, je... pues yo llevo veinte hablando de este tema y le aseguro que hay empresas se toman la ética muy en serio.

¿Por qué nos ponemos sarcásticos al hablar de este tema?
Porque tenemos un prejuicio ideológico. Nos hemos dejado llevar por una propaganda crítica de la libre iniciativa. Algunos piensan que lo único que le interesa al empresario no es ya ganar dinero, sino directamente engañar a los demás. Esto es totalmente absurdo.

Quizá hay ciertos empresarios que dan motivos...
Hablemos en términos generales: cualquiera que conozca a un empresario sabe que su deseo es producir más, vender más, ser más eficaz, crear más empleo... Nadie tiene interés en despedir a sus trabajadores al tuntún. Al revés: lo que quiere es integrarlos en la misión de la empresa.

"¿TE PREOCUPAS DE QUE TUS EMPLEADOS TRABAJEN EN UN SITIO DIGNO Y AGRADABLE?"

¿Cuáles son las obligaciones de la empresa privada con la sociedad?
Me encanta la definición de la Comisión Europea cuando habla de "responsabilidad social" como "responsabilidad por los impactos en la sociedad". El empresario debe preguntarse: ¿cuáles son mis impactos?

¿Y en el caso de sus empleados, qué le preguntaría usted?
¿Como les pagas? ¿Cómo les tratas? ¿Respetas su dignidad? ¿Te preocupas de que tengan un ambiente de trabajo digno y agradable? ¿Les das formación? ¿Te has dado cuenta de que cuando les invitas a mentir para aumentar las ventas les estás degradando como personas?¿Te has dado cuenta de que cuando pasas por alto sus irregularidades les estás animando a cometer nuevas irregularidades?

Podríamos decir lo mismo de los políticos.
Por supuesto. Y también de cualquier ciudadano. Cuando cogemos el coche para ir al trabajo provocamos un impacto ambiental. Si conducimos como energúmenos, ponemos en peligro la seguridad de todos... Cada día producimos cientos de impactos a nuestro alrededor. Seguramente, la mayoría de ellos serán positivos, pero debemos ser conscientes de los negativos e intentar reducirlos al mínimo. Así la vida será mejor para todos.

"BAJAR EL COSTE DEL DESPIDO NO PROVOCARÁ DESPIDOS MASIVOS"

Últimamente existe la sensación de que el libre mercado ha causado impactos negativos a la sociedad.
Efectivamente, la gente tiene esta impresión por los efectos malos que ha provocado la crisis en su vida personal y laboral. Sucede también que los seres humanos funcionamos por ciclos. Ahora toca arremeter contra la economía de mercado, el capitalismo, las empresas, los bancos... Atribuyen los males a las empresas sin considerar los condicionantes que tienen éstas.

¿Condicionantes? ¿Cuáles?
Por ejemplo, la legislación laboral no facilita la creación de empleo. Pensar que bajar el coste del despido provocará despidos masivos es completamente descabellado. Y demuestra que no se entiende lo que quiere una empresa. El sistema educativo tampoco favorece la inserción laboral. ¿Es eso culpa de la empresa? El sector público no ha sido precisamente un modelo de honradez ni de eficiencia ni de aprovechamiento de los recursos. Ahí no está la solución.

¿Le parece insuficiente la última reforma laboral?
Sí lo es. Es un primer paso muy importante. Pero tardaremos mucho en tener ver sus positivos si pretendemos resolver el problema del paro mediante el diálogo social. Aquí es el gobierno quien debe tomar decisiones.

"SÍ, DESPEDIR A PARTE DE TUS EMPLEADOS PUEDE SER UNA DECISIÓN ÉTICA"

El gobierno teme que le acusen aún más de recortar los derechos de los trabajadores.
Mire, no se puede pretender que las políticas sean siempre favorables para todos en todas las circunstancias. A veces estamos enfermos y el médico nos da pastillas que nos hacen polvo el estómago, pero no vamos a denunciar al médico porque nos duela el estómago. Ahora muchos que dicen: "no hay derecho". Pues sí hay derecho, si así conseguimos crear empleo lo más pronto posible.

Entonces, ¿puede ser una obligación ética despedir?
Sí. Y lo voy a explicar con un ejemplo: si tus ventas han caído, te has quedado sin crédito, tienes dos posibilidades: seguir con todos tus empleados y esperar a que tu dinero se acabe hasta dejar a todos el mundo en la calle sin indemnización o negociar con ellos una salida: bien reducirles el sueldo o bien despedir a algunos para salvar a los demás.

Planteado así parece lógico, pero...
Sí, yo sé que nos resulta difícil de entender cuando somos nosotros los despedidos, pero una empresa debe garantizar su continuidad para seguir cumpliendo sus objetivos, entre ellos crear empleos para otra gente. Es de puro sentido común. Además, la empresa no tiene sólo obligaciones con los empleados: también con los proveedores, con los clientes, con el fisco, con los accionistas...

"LOS EMPRESARIOS DEBERÍAN DECIR: SE ACABÓ; NI UN SOBRE MÁS"

Si las empresas tienen tan mala imagen y el Estado es ineficiente y a veces corrupto... ¿qué hacemos?
La responsabilidad primera es de las empresas. Han perdido parte de su reputación y deben cambiar la percepción que se tiene de ellas. ¿Cómo? Por ejemplo, ya que habla de corrupción: trabajar en un entorno corrupto es enormemente caro, muy complejo y bastante arriesgado.

Y sobre todo indecente...
Y al empresario le molesta muchísimo. A veces da la impresión de que el empresario le encanta ir repartiendo sobres a los políticos. Ni hablar. Cuando los escándalos salen a la luz, las empresas pierden su prestigio y el dueño puede ir a la cárcel. Los empresarios deberían dar un paso al frente y decir a los políticos: "se acabó: no estamos dispuestos a pagar ni un soborno más".

Sigue @martinalgarra

Ver: Diez frases (y un reproche) sobre el valor social de la empresa que no verás en su cuenta de resultados

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