Chipre, sin salida: su sector financiero pesa el doble que en la media de la zona euro

    • Tras el rescate del país, llega el verdadero reto al que deberá hacer frente: encontrar un nuevo modelo económico.
    • Actualmente, el sector público, los servicios turísticos y las finanzas son los pilares del valor añadido de la riqueza de la isla.

El controvertido rescate de Chipre es sólo el principio. A la polémica desatada por la decisión de que los depositantes asuman pérdidas -y eso que al final se han dejado fuera a los ahorradores con menos de 100.000 euros- se une ahora la necesidad del país de encontrar un nuevo modelo económico para el país, alejado de la burbuja bancaria que ha dejado a la isla al borde de la bancarrota.

Y parece que será una tarea difícil. Un sencillo dato ayuda a hacerse una idea de la encrucijada en que se encuentra Chipre: los servicios financieros pesan el doble que en la media de la eurozona a la hora de colaborar en la generación de riqueza.

Según un informe de Morgan Stanley, que cita datos de Eurostat, estas actividades representan el 9,2% del valor añadido bruto de la economía de la isla, frente al 5% que alcanzan, de media, en los países de la moneda única.

La comparativa resulta todavía más sorprendente cuando se toma como referencia a España, país al que Europa ha prestado 40.000 millones de euros (cuatro veces más que a Chipre) para rescatar al sector financiero, y eso que el peso de esta actividad apenas llega al 4,2%.

En la isla mediterránea, por delante de los servicios financieros, en cuanto a generación de valor, sólo aparecen el sector público, cuyos trabajadores también deberán colaborar en el rescate aportando al fondo de solidaridad parte de sus pensiones, los servicios ligados al turismo–alojamiento, alimentación, transporte y comercio- y el inmobiliario, tan dependiente también del negocio financiero.

¿Qué modelo económico va a desarrollar Chipre? Y es que la encrucijada del país se agrava cuando se recuerda que la decisión de Bruselas de obligar a los grandes depositantes y a los tenedores de deuda senior (dos tipos de inversores hasta ahora blindados contra las crisis bancarias) a asumir parte de las pérdidas conllevará no sólo la defunción de su actual esquema, sino la desconfianza de los inversores extranjeros en la isla.

Hasta ahora, sólo los accionistas y los tenedores de deuda subordinada (otro tipo de inversiones con más riesgo que la senior) tenían que afrontar parte del rescate de los bancos, como se ha visto en España con las entidades nacionalizadas, pero la decisión de ampliar el foco a inversores hasta ahora inmunes al descalabro conlleva que estos grandes patrimonios huyan de la isla en cuanto puedan, con el impacto que tendrá en otros segmentos económicos.

Conscientes de ello, y para evitar una fuga masiva de capitales, el Ejecutivo chipriota está imponiendo restricciones a la libre circulación de capitales, todo un acicate para terminar de echar por tierra el modelo bancario del país.

Suma y sigue, porque los principales afectados son rusos que también han ayudado a elevar el peso inmobiliario de la isla. Según el Banco Central de Chipre, hay 50.000 ciudadanos de esta nacionalidad que residen en la isla, casi un 5% de la población, y que suman más de un tercio de los 88.000 millones depositados en la banca nacional.

Además, como ya se ha señalado, el sector público, otro de los pilares de la creación de valor del país mediterráneo, también forma parte del rescate, ya que las reservas de los fondos de pensiones y del seguro médico de los trabajadores del Estado se destinarán al Fondo de Solidaridad que se ha creado para colaborar en el rescate.

Además, todo apunta a que detrás vendrán más ajustes para la población. Entre otros motivos, porque, como recuerdaSteen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank, el Gobierno de Nikos Anastasiades "se ha comprometido a rebajar su deuda pública en un 100% del PIB antes de 2020 y el sector bancario tendrá que alcanzar el nivel medio europeo antes de 2018".

Y todo esto deberá hacerlo en un escenario de desconfianza hacia el país, sobre todo por parte de los grandes inversores, que golpeará a su capacidad de financiarse en los mercados. Y sin ellos..., ¿quién afrontará el ajuste? ¿en qué sector depositará la isla ahora sus esperanzas?

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