Los bancos griegos se preparan para una nueva ronda de recapitalización

  • Los bancos comerciales de Grecia preparan ya sus planes para una nueva ronda de recapitalizaciones, después de que el Banco de Grecia les diera de plazo hasta el 15 de abril para diseñar su estrategia.

Atenas, 7 mar.- Los bancos comerciales de Grecia preparan ya sus planes para una nueva ronda de recapitalizaciones, después de que el Banco de Grecia les diera de plazo hasta el 15 de abril para diseñar su estrategia.

El banco emisor griego informó ayer de que, como resultado de las últimas pruebas de resistencia, las principales entidades de este país necesitarán al menos 6.382 millones de euros hasta finales de 2016.

Los cuatro bancos sistémicos -Piraeus, National Bank (NBG), Alpha y Eurobank-, que tras un ingente proceso de absorciones controlan el 90 % del mercado en Grecia, necesitan 5.816 millones de euros, mientras que el resto de entidades financieras requiere poco más de 500 millones, según las estimaciones del fondo de inversiones BlackRock y el Banco de Grecia.

De los bancos sistémicos, tres han anunciado que no necesitarán nuevas inyecciones de capital público y que captarán los recursos necesarios por sus propios medios, mientras que el cuarto, Eurobank, que hubo de ser nacionalizado el pasado año, necesitará que el Parlamento apruebe los nuevos planes de recapitalización por valor de 2.945 millones de euros, algo que se espera en los próximos días.

Está previsto que Alpha, que según el informe requiere 262 millones de euros en nuevos fondos, anuncie hoy una ampliación de capital de 1.000 millones de euros.

El banco Piraeus, el que más ha incrementado su tamaño mediante el proceso de fusiones y que heredó las filiales griegas de la banca chipriota tras la crisis, incrementará su capital en 1.750 millones de euros, además de emitir bonos senior no asegurados por valor de 500 millones de euros.

Con ello pretende cubrir los 425 millones de euros que BlackRock estima necesarios para cumplir los criterios de reservas de capital de calidad (Core Tier1) y afrontar el pago de 750 millones de euros en participaciones preferentes emitidas con anterioridad.

De esta forma pretende además reducir el porcentaje de participación estatal en el capital de la institución financiera (producto de las anteriores inyecciones de capital) aprovechando su buen momento: ayer anunció que su beneficio en 2013 ascendió a 2.530 millones de euros.

En cambio NBG, que deben encontrar 2.183 millones de euros para adecuar sus reservas de capital, ha anunciado que no hará ampliaciones de capital con el fin de cubrir sus necesidades, ya que atribuye la mayor parte del riesgo determinado por BlackRock a las operaciones de su filial en Turquía (Finansbank).

El mayor problema para los bancos griegos es el elevado número de créditos en mora, que en los últimos cinco años se han multiplicado por seis hasta el 31,2 %.

Esto, según el Banco de Grecia, podría provocar pérdidas a las entidades de crédito griegos de hasta 50.241 millones de euros en los próximos tres años, a lo que se podría sumar otros 10.005 millones en préstamos hechos en el exterior del país mediterráneo y que también corren riesgo de impago.

Sin embargo, las asunciones de BlackRock sobre las necesidades de capital son consideradas como demasiado optimistas por los acreedores internacionales de Grecia y eleva el monto por encima de los 8.000 millones de euros.

Este punto es precisamente una de las principales cuestiones que separa a la troika y al Gobierno de Atenas en las negociaciones de cara a la concesión de un nuevo tramo del rescate financiero.

Una de las razones de las dudas sobre el informe de BlackRock es que, mientras que en la primera prueba de resistencia, en 2012, se exigió una reserva de capital de calidad (Core Tier1) mínima del 9 %, en esta segunda se ha reducido el porcentaje al 8 %, el mismo exigido para el resto de bancos europeos.

De los 130.000 millones del segundo rescate que ha recibido Grecia -aprobado en marzo del 2012 y que se va desembolsando a plazos-, 50.000 millones quedaron reservados para la recapitalización bancaria y de este monto se han utilizado algo más de 45.000 millones de euros.

A esta cantidad hay que sumar los 28.000 millones inyectados por el Estado griego al sector bancario en 2008, al inicio de la crisis.

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