El Gobierno japonés nombra nuevo embajador a China en medio de tensión

  • El Gobierno de Japón aprobó hoy el nombramiento del diplomático Masato Kitera como nuevo embajador en China cuando las relaciones entre ambos países atraviesan por un serio bache debido al conflicto territorial sobre las islas Senkaku/Diaoyu.

Tokio, 22 nov.- El Gobierno de Japón aprobó hoy el nombramiento del diplomático Masato Kitera como nuevo embajador en China cuando las relaciones entre ambos países atraviesan por un serio bache debido al conflicto territorial sobre las islas Senkaku/Diaoyu.

Kitera, de 60 años, será el nuevo representante nipón en Pekín después de que el anterior designado para el cargo, Shinichi Nishimiya, falleciera repentinamente en Tokio el pasado septiembre antes de llegar a presentar sus cartas credenciales en China.

La muerte de Nishimiya, que, según el Gobierno, se produjo por causas naturales, retrasó la sustitución del actual embajador nipón en Pekín, Uichiro Niwa, expresidente de la casa de valores Itochu y experto promotor de comercio e inversiones, aunque no diplomático de carrera.

Masato Kitera, que ocupaba un alto cargo en la Oficina del Gabinete desde septiembre, se unió al Ministerio nipón de Exteriores en 1976 y fue director general de la Oficina de Cooperación Internacional y segundo viceministro a cargo de la Secretaría ministerial.

El designado embajador, cuyo nombramiento, según la agencia nipona Kyodo, se hará efectivo el lunes, viajará a China en medio de la fuerte tensión bilateral por la disputa en torno a la soberanía de las islas Senkaku, conocidas como Diaoyu por Pekín.

El conflicto por este pequeño archipiélago deshabitado, situado en el Mar de China Oriental, se disparó a mediados de septiembre, cuando el Gobierno nipón adquirió de manos de su propietario privado el terreno de tres de las islas.

Ello provocó contundentes protestas de China y de Taiwán (que también reclama el archipiélago, al que denomina Tiaoyutai) y violentas protestas antiniponas en varias ciudades chinas, que obligaron a detener temporalmente la actividad de numerosas empresas japonesas.

Desde entonces, en la zona de las Senkaku/Diaoyu hay una permanente tensión con la presencia diaria de embarcaciones de guardacostas chinos y japoneses.

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