Autorizada la rehabilitación del edificio de la calle Macasta marcado por el desalojo de sus inquilinos

Autorizada la rehabilitación del edificio de la calle Macasta marcado por el desalojo de sus inquilinos
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EUROPA PRESS
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Todas las viviendas del número 3 de la calle Macasta, según manifestaban sus propios habitantes hace ahora más de un año, pertenecen a un privado identificado como Ángel Abascal Jiménez, quien según exponían posee numerosas viviendas en el casco histórico de Sevilla, por ejemplo en las calles Cetina, Cervantes o Jesús del Gran Poder. La situación de este inmueble concreto saltó al debate público en septiembre de 2015, a cuenta del caso de Juan Bautista, un hombre de unos 80 de años de edad y una palpable fragilidad física que residía junto a su amigo Valentín en la vivienda de la planta baja del edificio, hasta ser finalmente desalojado por orden del Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla, ante el que el casero habría denunciado el supuesto impago de las correspondientes rentas de alquiler.

TODO ERA "DE PALABRA"

Mientras el propietario del edificio habría denunciado ante el juzgado el supuesto impago de las rentas de alquiler en el que habrían incurrido estos inquilinos, ellos argumentaban que el casero "se negaba a cobrar" las rentas de alquiler y cuando las cobraba "no daba los recibos", porque todo era "de palabra". Los inquilinos, además, acusaban a su casero de "abandonar" la conservación del edificio, que presenta claras deficiencias, al objeto de forzar su marcha.

Después de ser consumado el desalojo de Juan Bautista y de su amigo Valentín, siendo ambos realojados entonces en el centro municipal de acogida de la calle Miguel de Mañara, después fue consumado un nuevo desalojo en el número tres de la calle Macasta, en aquel caso de dos ancianos, constando entonces una orden de desalojo para otro más de los inquilinos.

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