El túnel, que se eleva sobre un edificio de cinco plantas de altura y simula la caída libre, tiene un diámetro de cámara de 5,2 metros y una altura de 12. Bajo él se asientan seis potentes ventiladores de 10 toneladas cada uno que generan un chorro continuo de aire para crear vientos de más de 270 kilómetros a la hora.
La infraestructura ha tenido un coste cuyos responsables han sido incapaces de cuantificar este miércoles, si bien lo han cifrado en "millones de euros". Cualquier otro dato sobre los motores o el cono de 6 toneladas que hay bajo la red de acero y que distribuye el aire es algo "confidencial", según han señalado.
Para su construcción, se han tenido que solicitar licencias al Ministerio de Defensa y al de Industria para traer una grúa de 37 metros de altura y poder colocar las 40 toneladas de peso de los difusores, debido a la proximidad del aeródromo de Cuatro Vientos.
Una vez construido el túnel por la empresa checa, Hurricane Factory prevé crear ahora una escuela junior (para niños a partir de 5 años) y otra para senior. Además de los pases individuales, el local se reserva a eventos especiales, como bodas o celebraciones de empresas.
Además, Hurricane Factory está disponible para aficionados y para profesionales del sector (SeportFlyers). En cuanto a los usuarios, los responsables del proyecto han apuntado que no hay riesgo de practicar este peculiar deporte, ya que toda la sesión se desarrolla con un instructor.
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