El impulso de los inversores extranjeros no logra reanimar el mercado inmobiliario

Como en una fábula, el fenómeno comenzó a aflorar con la primavera. Las agencias inmobiliarias del arco mediterráneo empezaron a recibir llamadas de ciudadanos extranjeros, principalmente de países del centro y el norte de Europa, interesándose por las viviendas que ofrecían en su catálogo.

Los contactos no tardaron en traducirse en las primeras ventas y después de cuatro años de depresión absoluta el sector vio como se empezaba a abrir una pequeña ventana de oportunidad en el segmento de segunda vivienda de costa y orientada a las familias.

Con el decalaje propio de la ciencia estadística, los datos oficiales del Ministerio de Fomento empiezan ahora a registrar este fenómeno, aún incipiente.

Según las estadísticas oficiales, las transacciones inmobiliarias cerradas por extranjeros no residentes en España durante el segundo y el tercer trimestre de este año experimentaron un crecimiento del 30% respecto a las registradas en el mismo periodo del año anterior.

El perfil de lo que buscan se aprecia en la concentración geográfica de las operaciones. El 85% de las mismas se realizaron entre Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Andalucía y Canarias, y el precio es entre un 20% y un 30% superior al de las transacciones más comunes.

Su importancia en términos cuantitativos, no obstante, continúa siendo marginal. De hecho, las 1.649 transacciones realizadas por no residentes entre marzo y septiembre apenas suponen el 1% de las 159.931 registradas en los dos trimestres centrales del año, según el Ministerio de Vivienda.

Este porcentaje se eleva hasta el 12,7%, es decir, a una de cada ocho operaciones inmobiliarias registradas en España, cuando también se tienen en cuenta las transacciones realizadas por extranjeros residentes, cuyo volumen también se ha incrementado desde que se iniciara el año, en torno a un 16%.

Las estadísticas del Ministerio de Vivienda reflejan las transacciones inmobiliarias, es decir, tanto las compras como las ventas que se producen. Sin embargo, según fuentes del sector inmobiliario, el predominio en el caso de los ciudadanos extranjeros de las operaciones de compra en esta estadística es tal que la incidencia de las ventas es irrelevante.

Que hay un apetito creciente entre los inversores extranjeros es una realidad evidente a la luz de la estadística. Mientras entre enero y septiembre de 2011 los inversores extranjeros habían formalizado 24.672 transacciones inmobiliarias, en el mismo periodo de este año esa cifra se ha incrementado hasta las 28.843.

El peso de las operaciones de no residentes sobre el total ha pasado del 6% que suponía en 2010 al 12,7% del tercer trimestre de 2012.

Sin embargo, este creciente impulso inversor desde más allá de los Pirineos no tiene aún la intensidad necesaria para cambiar la tendencia negativa en el mercado inmobiliario.

El mercado de vivienda registró 225.297 operaciones en los nueve primeros meses del año, lo que supone un descenso del 6,8 % respecto al mismo periodo de 2011. Sólo en el tercer trimestre del año, las transacciones disminuyeron el 1,17 % frente al mismo periodo de 2011 hasta alcanzar las 75.642 operaciones, de las que 24.267 fueron de vivienda nueva (6,6 % menos) y 51.375 de usadas (el 1,7 % más).