Los solteros y las parejas sin hijos se quedan fuera del escudo antidesahucios

    • La medida se dirige a colectivos con familiares a cargo, fundamentalmente hijos o dependientes, lo que deja fuera a la mayoría de solteros o a las parejas sin hijos.
    • La única excepción los parados sin prestación, que independientemente de su situación personal, podrán seguir durante dos años en su vivienda.
Objetivo, frenar los desahucios
Objetivo, frenar los desahucios
Ruth Ugalde

El Gobierno ha dado un paso adelante en su promesa de tomar medidas contra el drama social de los desahucios al aprobar un decreto de medidas urgentes para frenar el alzamiento de viviendas durante los próximos dos años.

Se trata de la primera gran decisión que se toma para paliar este drama social desde que comenzó la crisis económica y, según confirmó ayer la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, irá acompañada de otras que se desarrollarán en los próximos meses.

Sin embargo, hasta que lleguen esas novedades, un determinado colectivo social ha quedado, en su inmensa mayoría, fuera del nuevo escudo desahucios creado por el Gobierno: los solteros y las parejas sin hijos.

Esto es así porque la medida de urgencia aprobada ayer exige, para beneficiarse de ella, cumplir dos requisitos: uno económico y otro social.

El primero consiste en tener unos ingresos anuales inferiores a los 19.200 euros, en los que la cuota hipotecaria suponga más del 50% o se haya multiplicado al menos por un 1,5% en los últimos cuatro años.

En principio, una bolsa importante de la población podría cumplir este criterio, ya que según la Encuesta de Estructura Salarial, el sueldo más común en España son 16.489 euros; mientras que por tramos de IRPF, el 55% de los declarantes se sitúa por debajo de los 17.700 euros.

Sin embargo, eso no significa que la mayoría de la población pueda beneficiarse. Primero, porque el Gobierno incluye a toda la unidad familiar a la hora de calcular los ingresos, con lo cual, aunque alguien cumpla este criterio, puede perderlo por los ingresos de su pareja, hijo o padre; y segundo, porque también exige cumplir unos requisitos sociales.

Éstos se resumen en contar con familiares a cargo, ya sean hijos o dependientes, lo que deja fuera a la mayoría del colectivo de solteros y de parejas jóvenes, ya que éstos en su mayoría no tienen descendencia.

Es decir, que aunque la gran nota de corte se ha fijado inicialmente en los ingresos, al final el aspecto determinante que dictaminará si alguien puede seguir viviendo en su casa, sin coste, durante dos años una vez ha sido desahuciado es su situación personal.

Así, del mismo modo que el Ejecutivo ha tenido en cuenta la creciente presencia de familias monoparentales, que se podrán beneficiar siempre y cuando tengan dos hijos o alguno menor de tres años, ha sido menos fino a la hora de analizar la situación de los jóvenes.

Éstos, además de ser la principal víctima del paro, con casi la mitad de ellos sin empleo, son en su mayoría solteros o sin hijos, ante lo que incumplen de manera generalizada el criterio social.

La lacra del paro

El único punto que iguala a solteros y padres de familia numerosa, a mileuristas y ejecutivos, es la lacra del paro, ya que sea cual sea la situación personal y los ingresos que se hubieran tenido en el pasado, cuando en un hogar se encuentran en situación de desempleo y sin derechos a prestación.

Una amenaza creciente, ya que en España el número de familias con todos sus miembros en paro asciende ya a 1,7 millones. Sin embargo, aunque todos ellos carezcan de trabajo, si la suma de sus prestaciones supera los 19.000 euros, podrán se desahuciados.

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