El pasado 28 de diciembre, Realia llegó a un acuerdo con cinco de sus siete bancos acreedores para que le concedieran una prórroga en las negociaciones que mantiene para conseguir financiar los 846 millones que tiene pendientes de pago de un crédito sindicado.
Entonces, Barclays y BBK no suscribieron el compromiso de espera, conocido en la jerga del sector como stand-still, por el cual la inmobiliaria tiene de plazo hasta el próximo 27 de marzo para llegar a un acuerdo con sus acreedores.
Aunque las dos entidades rebeldes apenas suman el 6,45% del crédito pendiente de amortizar, su negativa de diciembre fue toda una amenaza, ya que más allá de la prórroga, para cerrar la refinanciación se requiere el acuerdo de todos los acreedores.
Pero esta Espada de Damocles parece haberse atenuado, ya que según ha confirmado lainformacion.com con fuentes conocedoras de las negociaciones, las dos entidades han aceptado conceder hasta marzo una prórroga a la inmobiliaria.
No obstante, oficialmente, esquivan hablar de que se haya suscrito el acuerdo de stand-still y se limitan a reconocer que "efectivamente, vamos a seguir negociando", pero sin descartar que en los próximos días se sumen a este documento o a otro tipo de protocolo que garantice los dos meses de gracia.
Cambios de fondo
El hecho de allanar su proceso de refinanciación cobra especial importancia cuando se recuerda que en el último mes ha sucedido una cadena de acontecimientos que ha dado un giro de 180 grados a la situación y que, además, tiene como protagonistas a los dos accionistas de referencia de la inmobiliaria; Bankia y FCC.
La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri es, al mismo tiempo, el dueño del 27% de la inmobiliaria y su principal acreedor, una posición de doble riesgo que ha conseguido sanear.
Por una parte, Bankia ha traspasado al banco malo su parte del sindicado, que asciende a unos 400 millones de euros, es decir, prácticamente la mitad de todo el crédito. Por otra, ha saneado la participación con la vista puesta en su próxima venta.
La entidad nacionalizada ha sido obligado por Bruselas a desprenderse de ella cuanto antes, como del resto de sus participadas cotizadas. Para cumplir esta directriz, el banco inyectó el pasado 31 de diciembre 4.000 millones a su cartera de particidas, un ejercicio que, en principio, ha saneado su participación en Realia.
El otro gran accionista de la inmobiliaria, FCC, que posee el 30% de Realia, ultima el relevo al frente de la constructora con el nombramiento de Juan Béjar como consejero delegado, en sustitución de Baldomero Falcones.
Además, se prevé que Esther Koplowtiz, dueña de la compañía, asuma la presidencia del grupo, que también ostenta Falcones, o la deposite en su hija.
Con la llegada de Béjar, FCC confía en partir de cero para negociar sus propios créditos, ya que la constructora atraviesa por una situación financiera tan comprometido que ha tenido hasta que renunciar al dividendo.
En esta ocasión, el banco protagonista es BBVA, ya que es el principal acreedor de B-1998, la sociedad a través de la cual Koplowitz controla FCC. Se da la circunstancia de que el banco presidido por Francisco González también está presente en la refinanciación de Realia.
Después de que Bankia haya traspasado al banco malo su parte del crédito, el banco azul es junto a Santander, Sabadell y La Caixa el principal acreedor de la inmobiliaria, lo que le convierte en uno de los grandes interesados en conseguir sacar adelante el crédito de Realia.
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