Crecer, resistir, innovar… así triunfaron estos empresarios españoles que han dejado huella

    • Han quebrado, han tenido miedo, han arriesgado, han fracasado…y han triunfado. Esta es la palpitante historia de exitosas marcas como Freixenet, ECISA, Vectalia o Infoempleo.
    • Jesús Martínez de Rioja recopila veinte testimonios apasionantes de empresarios españoles ejemplares. ¿Quién no puede aprender algo de ellos en tiempos de crisis?

"No teníamos un duro, estábamos pelados". "Si quieres puedes, ese es mi lema y no me cansaré de repetirlo". "Un amigo de mi padre confió en él y le prestó el dinero". "No está mal que te lleven la contraria alguna vez". "A pesar de la crisis nunca dejamos de vibrar y creer en el proyecto". "Nuestros competidores nos hicieron polvo, pero la verdad es que trabajaban muy bien..."

Son algunas de las frases que han pronunciado en confianza veinte destacados empresarios españoles.Jesús Martínez de Rioja, avezado periodista económico y ex director de Expansión, ha plasmado sus experiencias más valiosas en un libro titulado con mucho acierto: "Los que dejan huella".Si juntáramos todos sus negocios, grandes y medianos, conformarían uno de los 25 primeros grupos del país, con 6.000 millones de facturación y más de 33.000 empleados

Marcas como Siro, ALSA, Freixenet, Consum, Renta 4, Zeltia, Lladró... enhebran veinte relatos apasionantes que, hoy más que nunca, conviene conocer para aprender de ellos.

Muchos de estos empresarios ya están en la recta final de la vida. ¿Qué les motiva ahora?
Les importa mucho trascender, hacer historia, mantener encendida una llama que perdure cuando ellos no estén. Sobre todo quieren transmitir a sus hijos y herederos la pasión por continuar el proyecto empresarial. Todo eso les preocupa más que el beneficio económico de la compañía.

No me dirá ahora que ya no les preocupa la cuenta de resultados…
Por supuesto que les preocupa, pero hay cosas que, sobre todo a partir de cierta edad, comienzan a interesarles más: exaltar los valores que les han sido útiles en la vida para levantar sus empresas. José Cosmen Adelaida, de ALSA, los resume en "las cuatro haches": honradez, humanidad, humildad y… humor. Eso no se explicita en la cuenta de resultados. O están en la cabeza y en el corazón o simplemente no aparecen por ningún sitio.

¿Y qué distingue estos 20 triunfadores del resto de los mortales?
En que son capaces de ver una oportunidad de mejora de un negocio, o un negocio mismo, donde el resto de los mortales no ve nada. Saben detectar necesidades y encontrar soluciones que sus empresas puedan satisfacer.

¿La necesidad agudiza el ingenio? Lo pregunto porque esta gente comenzó en situaciones peores que la nuestra y sin embargo triunfaron.
No sólo la necesidad. También la adversidad, los golpes e incluso las derrotas. A los 18 años, Francisco Martínez Cosentino se hizo con el pequeño negocio de mármoles de su padre. Antes de transformar su empresa en un líder mundial en innovación, diseño y fabricación de superficies decorativas, ¡se arruinó tres veces!

"¿HAS CAÍDO: LEVÁNTATE, TEN FE EN EL PROYECTO, RODÉATE DE GENTE QUE VAYA CONTIGO A MUERTE...!"

¿Tres veces? ¿Y cuál es la fórmula de supervivencia de este hombre?
Lo resume muy bien él mismo. Cito sus palabras: "si caes, tienes que levantarte. Se pasa muy mal, lo sé. Entiendo muy bien a los que se han caído y no pueden levantarse… ¡pero hay que caer y reincorporarse, y que te vuelvan a tirar! Y aguantar, tener fe en el proyecto, y rodearte de gente buena y fiel, que vaya contigo a muerte".

Ojalá muchos empresarios que estén en dificultades puedan leer esta frase...
No sólo en dificultades. Algunas empresas cerraron un tiempo y luego volvieron a abrir. Muchos creen que cuando un empresario cierra, ya no se puede hacer nada. ¡Y sí hay mucho que hacer!, pero se necesitan altas dosis de fe, ser tenaz y el convencimiento de que estás haciendo algo bueno. Estos empresarios se convierten en una fuerza de la naturaleza que nadie podrá detener.

¿Ni siquiera una crisis como la que tenemos ahora?
Ni una crisis. Ellos casi siempre son optimistas; eso incluye no sólo confiar en sus propias fuerzas, sino en las fuerzas del tejido empresarial español en su conjunto. Saben que España es un país fuerte y que va salir de ésta.

LA CONFIANZA DE UN DIRECTIVO DE BANCO HIZO POSIBLE EL DESARROLLO DEL GRUPO SIRO

¿Qué opinión tienen estos empresarios de los bancos?
Es curioso; a pesar del momento que atravesamos, tan difícil para obtener financiación, muestran una consideración positiva hacia ellos. Juan Manuel González Serna, presidente del grupo Siro, recuerda especialmente a un directivo del Banco Central que confió en él cuando, según su mujer, "estaban pelados de dinero", pero tan pelados que se fueron a vivir a casa de sus padres...

Qué tiempos aquellos, ¿no? Cuando los bancos se dedicaban a prestar dinero a gente que tenía buenos proyectos…
A prestar dinero... y a recuperarlo con sus intereses. A los dos años habían devuelto aquel préstamo de 350 millones de pesetas que les concedieron para comprar Galletas Siro; y pudieron pedir otro para adquirir una segunda empresa, Reglero. Lógicamente, este directivo que confió en ellos se convirtió en el banquero de Siro de ahí en adelante.
Parecidas historias refieren los directivos de otras empresas, como ALSA o el Grupo Chemo.

¿Cómo hicieron estos empresarios para crecer fuera de España?
Primero tuvieron la visión. El caso de Freixenet resulta paradigmático en este aspecto. Pere Ferrer, abuelo del actual presidente Josep Ferrer Sala, ya notó en los años 20 del siglo pasado que el mercado español les quedaría pequeño. Y decía: "debemos vender en el extranjero, y para esto hay que montarse en una marca francesa"; con esta visión consiguió abrir las puertas de los grandes mercados británico y americano...

"LA SUERTE ES MUJER, Y COMO TAL NO LE GUSTAN LOS PUSILÁNIMES"

¿Para triunfar hay que exportar?
Para triunfar hay que crecer: "la empresa que no crece acaba fulminada", dice Joaquín Arias, del grupo Vectalia. Todos lo reconocen que hay que salir al exterior, pero cada negocio tiene su momento adecuado. ALSA llegó a China a poner un negocio de taxis cuando no había allí empresas españolas. Otros, como la constructora ECISA, se adelantaron al estallido de la burbuja, y comenzaron a trabajar en Dubai y otros países de Oriente Medio. Freixenet ya vendía a Islandia hace un siglo… A veces tu propio mercado te obliga a salir...

Precisamente eso es lo que está ocurriendo ahora.
Sí, pero no sólo por la crisis, que también (cuanto más global seas, menos te afecta la recesión de un país en solitario). Las mismas condiciones legales pueden sacarte de tu mercado natural. El grupo Vectalia tuvo que operar en Francia porque el sector del transporte estaba muy regulado e intervenido por el Estado. Costaba tanto conseguir una licencia de autobús en aquella España, que tuvieron que buscarla en Francia. A veces la necesidad te obliga a salir hacia mercados más abiertos, o con más oportunidades para encontrar socios.

¿Cuánto influye la suerte, el destino o la casualidad en el éxito de estos empresario?
Juega un papel importante, en mayor o menor medida. Todos lo reconocen. A este respecto conviene escuchar a José Luis Manzanares, presidente de Ayesa, una impresionante ingeniería española líder mundial en construcción de puentes. Él cita la frase de Maquiavelo "la fortuna è una donna", y añade: "la suerte es una mujer, y como tal no le gustan los pusilánimes, se sienten atraídas por los aventureros, los osados… quien se queda prudentemente guardando el corral, no la encuentra nunca". O sea, la suerte hay que buscarla. Esa frase resume muy bien el espíritu de estos emprendedores.

¿Triunfar en la la empresa implica poner en riesgo la estabilidad familiar?
Implicar a la familia en el negocio es positivo; los entrevistados comparten esa idea. Ahora bien, ¿de qué forma? Depende de la persona y de la familia. Hugo Sigman, que dirige una empresa de biotecnología, el grupo Chegman, decía que al principio le vino muy bien el consejo de su mujer, que era bioquímica de profesión. Los dueños de Siro son un matrimonio y dirigen el negocio entre ambos; otras compañías han creado un protocolo "familiar" para saber cómo actuar con hijos, sobrinos, etc; otros incorporaron familiares en un momento y luego prescindieron de ellos… hay de todo.

Quizá el problema no sea tanto la hermana o la hija, sino el cuñado o la nuera (o viceversa)...
Los familiares "políticos" son un asunto complejo, sobre todo en estos tiempos de tantos divorcios. Un familiar "político" que conoce la realidad de la empresa puede plantear demandas que no haría de no conocer esa información. No hay norma general, pero todos consideran que el negocio debe involucrar a la familia de un modo u otro. Incluso hay varios que ya han dejado la empresa en manos de sus hijos.

"CIERTOS SECTORES DE LA POLÍTICA TODAVÍA IDENTIFICAN AL EMPRESARIO CON UN SEÑOR GORDO QUE FUMA PUROS"

¿Y a qué dedica su tiempo un empresario triunfador cuando se retira, aparte de a disfrutar su dinero?
El disfrute del dinero ocupa un segundo lugar. Su prosperidad no está reñida con el sentido de la sobriedad. La mayoría de ellos ha nacido en familias humildes o de clase media. Trabajaron en la tienda de su padre o se quedaron sin trabajo o tuvieron que hacerse cargo del negocio familiar. Saben lo que cuestan las cosas y aprecian el trabajo bien hecho, precisamente porque han peleado mucho para estar donde están.

O sea, nada de lujos asiáticos…
Martínez Consentino, el dueño de Silestone, líder mundial en superficies de cuarzo y mármoles, dice que su mejor descanso es fumarse un purito en un chalé que tiene en Almería mirando al mar. Hombre, tratándose de un empresario que patrocina un equipo de la NBA, o que ha puesto un anuncio de Silverstone en la Superbowl, que costó 4 millones de euros por sólo treinta segundos... tampoco parece un lujo asiático en su caso disfrutar de un purito frente al Mediterráneo.

¿Por qué el periodismo español, aparte de la prensa especializada, presta habitualmente tan poca atención a estas historias de éxito?
Estos empresarios son muy discretos. Pero lo cierto es que han estado injustamente olvidados durante algún tiempo. Los políticos tampoco han reconocido debidamente la labor empresarial, salvo cuando les convenía por algún interés cortoplacista. Ciertos sectores de la política todavía identifican al empresario como un señor gordo que fuma puros, explota a los obreros y viaja en coches de 7 metros de largo. Ese topicazo todavía perdura.

Pues hoy en día está mucho peor visto un político que un empresario...
La política ha corrompido mucho el tejido empresarial, sobre todo en determinadas zonas donde, para hacer negocios, había que pasar por determinados circuitos y establecer ciertas relaciones. Lo mismo ocurre cuando los propios órganos de supervisión a propia administración no velan por el cumplimiento de la ley. Cuando los supervisores no intervienen rápidamente, la gente tiende a desconfiar.

Tras un político corrupto no es raro encontrar algún empresario corrupto…
Lo que decía al principio. En la recta final de su vida, estos empresarios están muy preocupados por transmitir a sus hijos la importancia de cumplir con las obligaciones legales, tributarias, laborales, medioambientales… Y han estimulado la creación de centros educativos, institutos de investigación, fundaciones de ayuda social, etc… no es poco en el mundo donde vivimos.

Sigue @martinalgarra

Empresarios entrevistados en el libro: Joaquín Arias López (Grupo Vectalia); María Benjumea Cabeza de Vaca (Infoempleo), Pedro Luis Cobiella Suárez (Grupo Hospiten) José Cosmen Adelaida (ALSA) Juan Luis Durich Esteras (Cooperativa Consum); José María Fernández Sousa-Faro (Zeltia); Josep Ferrer Sala (Freixenet); Juan Manuel González Serna y Lucía Urbán López (Grupo Siro); Benito Jiménez Cabra (Congelados Navarra); Juan Lladró Dolz (Lladró); Ana María Llopis Rivas (Ideas4all); José Luis Manzanares Japón (Ayesa); Francisco Martínez Consentino (Grupo Consentino); Javier Nieto Santa (Santa&Cole); Manuel Peláez Castillo (ESICSA Corporación Empresarial); José María Rivera Trallero (Grupo JSP); Hugo Sigman (Grupo Chemo); Juan Carlos Ureta Domingo (Renta 4); Juan Uriach Marsal (Corporación Uriach).

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