El colchón que tenía el Tesoro para 2013 no existe: se lo fundió el año pasado

    • El mercado daba por hecho que España contaba con unos 11.000 millones para cumplir con el calendario de financiación de este año.
    • Pero el organismo cambió los planes a última hora: decidió usar ese dinero extra para pagar deudas a corto plazo con los inversores.
El secretario general del Tesoro, Íñigo Fernández de Mesa.
El secretario general del Tesoro, Íñigo Fernández de Mesa.
Ana P. Alarcos
Ana P. Alarcos

El Tesoro Público gritó a los cuatro vientos en noviembre que había sido capaz de cerrar el calendario de emisiones de 2012 y que aprovecharía la tregua de los mercados para adelantar trabajo para este año.

Y, hasta ahora, el escenario parecía dibujarse en la dirección correcta. El organismo cerró el ejercicio habiendo captado cerca unos 97.000 millones de euros en deuda a medio y largo plazo, frente al objetivo de 85.900 millones que se había fijado.

Así, se dio por hecho que España tenía un colchón de unos 11.000 millones, un dinero que serviría para aliviar los esfuerzos financieros de 2013.

Sin embargo, aquella intención quedó en saco roto. Según han confirmado fuentes del Tesoro a lainformacion.com, en 2013 no se puede contar con esos millones… porque ya se han usado.

"Al final no ha habido pre-funding. Como se había conseguido un excedente en deuda a medio y largo plazo, lo que se decidió fue compensarlo emitiendo menos títulos a corto plazo (letras). De hecho, se colocaron 5.556 millones menos de lo previsto de este papel", aseguran desde el organismo dependiente del Ministerio de Economía.

Esto significa que, en vez de colocar toda la cantidad de letras prevista, España captó menos de este tipo de papel y usó esos 11.000 millones extra para suplir ese vacío y cumplir la estrategia de financiación de 2012.

En concreto, fueron destinado prácticamente en su totalidad a pagar los vencimientos de las letras en la recta final del año, tras haber solventado los pagos de medio y largo plazo.

¿Qué sentido tiene una maniobra así? Para el Gobierno, mucho. Desde Economía explican, como ya se tenía el dinero necesario, no se quiso seguir colocando más papel para evitar seguir pagando los intereses que piden los inversores a cambio de comprarlo.

Y todo bajo la certeza de que, con el nuevo año, el mercado se relajaría y exigiría unas rentabilidades algo más bajas que en la recta final del pasado ejercicio.

Este objetivo de abaratar al máximo los costes de financiación seguirá muy presente en los próximos meses. Tal y como confesó el secretario general del Tesoro, Iñigo Fernández de Mesa, durante la presentación de la hoja de ruta de 2013, España se adaptará "a las condiciones del mercado, lo que significa que la estrategia del Tesoro para este ejercicio pasa por flexibilizar los plazos y minimizar los costes de las emisiones".

Por tanto, la táctica de la institución fue la siguiente: sacrificar el colchón a medio y largo plazo previsto para este año y usarlo para colocar menos papel a corto plazo para cumplir el guión de 2012.

De esta manera, el Tesoro no solo lograba evitar pagar los intereses que conlleva emitir títulos, sino también frenar la reducción de la vida media de la deuda (que provoca la acumulación del desembolso de los vencimientos -deudas con los inversores-). Justo otro de sus grandes metas del año.

Y es que, en 2012, y fruto de la elevada cantidad de colocaciones a corto y medio plazo, la vida media del conjunto de la deuda cayó desde 6,55 años a 6,34 años, el nivel más bajo en ocho años.

De cara a este año, el Tesoro espera mantener estable la vida media de la deuda y siempre por encima del nivel de 6 años (lo que considera una cota aceptable), lo que implica no abusar de las emisiones de los títulos a corto plazo.

Con todo, parece que, de momento, le está saliendo bien la jugada. En la primera emisión de este año, celebrada ayer, colocó algo más de 5.800 millones, más de lo que había previsto y más de lo que debe captar de media este año para cumplir calendario (unos 5.054 millones).

Además, superó objetivos pagando entre un 10% y un 25% menos rentabilidad a los inversores que en ocasiones anteriores.

Una tendencia a la baja que podría mantenerse. "No creemos que el Tesoro vaya a tener problemas para financiarse y pagar sus deudas con los inversores. A finales del año pasado se empezó a ver un cambio de percepción respecto a la deuda española, tanto por el programa de compra del Banco Central Europeo, como por la batería de reformas anunciadas", puntualiza Estefanía Ponte, directora del departamento de economía de Cortal Consors.

Al menos, la tranquilidad se ha instalado en el mercado de deuda en el arranque del año. El bono español a diez años cotiza por debajo del 5% y la prima de riesgo se sitúa por debajo de los 340 puntos básicos, los niveles más bajos en diez meses.

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