Tenía que ser ministro. Se lo merecía y formaba parte del núcleo de Mariano Rajoy en Génova y tenía que llevarse una de las carteras en juego. Al haber sido ya titular de Hacienda, y por aquello de la ley no escrita de que un ministro nunca vuelve a un Gobierno con un cargo menor, tenía que presidir algún Departamento de peso.
Y le ha vuelto a caer el mismo encargo, aderezado en este caso con las administraciones públicas. Lo mejor para mantener a raya a las autonomías en los próximos años de escrupuloso control presupuestario.
¿Y quién es Cristóbal Montoro? Nacido en Jaén en 1950, es uno de los nombres que más se ha vinculado al núcleo duro de Rajoy, pese a su destierro en Bruselas entre 2004 y 2008. Ya tiene experiencia con el poder y con el membrete de su cartera, ya que fue ministro de Hacienda en la última etapa de Rato al frente del macro ministerio que metió a España en la senda del superávit y de los crecimientos espectaculares (y del boom inmobiliario).
Antes de ser nombrado ministro, ocupó el puesto que siempre se ha considerado el número dos de esa cartera: secretario de Estado de Economía, durante la primera legislatura popular.
Sin embargo, fue al llegar al Ministerio cuando Montoro cobró protagonismo. Con la entrada en vigor del euro el 1 de enero de 2001 como barrera, ajustó las cuentas públicas y dejó al país justo al borde del primer superávit de la historia (que llegaría en 2005, ya en manos socialistas).
Desde su Departamento de Hacienda, y en colaboración con Administraciones Públicas, cerró el mapa de traspasos sanitarios a todas las autonomías y de su despacho salió la reforma fiscal del PP de 2002, en la que muchos consideran que está el germen del crecimiento posterior.
Tras la derrota electoral de 2004 y los ajustes que se produjeron en un PP noqueado, Montoro, que había sido diputado por el Congreso desde 1993, abandona la Cámara Baja y se va a Bruselas como representante europeo.
Durante esos cuatro años desaparece prácticamente de la escena, sobre todo, tras la irrupción de Manuel Pizarro como líder económico del PP en las elecciones de 2008... Pero Rajoy vuelve a perder los comicios y Pizarro se aleja de la primera plana.
De vuelta al Congreso, Montoro coge protagonismo pacientemente como portavoz económico y también logra su cuota de poder en Génova, 13. Tanto, que su elección como ministro parecía una cuestión de justicia hacia el trabajo realizado desde la oposición.
De aquellas duras reuniones con las autonomías a cuenta de la financiación sanitaria queda la imagen de un buen negociador. De esa época se recuerda muy poco, en cambio, el perfil bajo, de índole técnico, que presentaba aquel ministro de Hacienda, obsesionado por mantener la estabilidad presupuestaria.
Poco que ver con el azote parlamentario de verbo fácil en que se ha convertido durante los últimos tiempos. Eso sí, la idea de ajustar las cuentas permanece fija.
Aquí puedes conocer al resto de ministros:
Asuntos Exteriores José Manuel García Margallo
Justicia Alberto Ruiz-Gallardón
Defensa Pedro Morenés
Interior Jorge Fernández Díaz
Fomento Ana Pastor
Educación, Cultura y Deportes José Ignacio Wert
Empleo y Seguridad Social Fátima Báñez
Industria, Energía y Turismo José Manuel Soria
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente Miguel Arias Cañete
Presidencia y portavoz Soraya Sáez de Santamaría
Economía y Competitividad Luis de Guindos
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad Ana Mato
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