España aprueba un presupuesto 2016 considerado optimista por los economistas

  • España aprueba este martes su proyecto de presupuestos de 2016, considerado optimista por Bruselas y los economistas, a dos meses de las elecciones generales, en las que el jefe del gobierno, Mariano Rajoy, busca una difícil reelección en un país que sale de la crisis.

El presupuesto, que contempla un total de 315.000 millones de euros, será aprobado definitivamente en la tarde de este martes por el Congreso español.

"Son unos presupuestos que le están devolviendo a la sociedad el esfuerzo que realmente ha hecho" en los cinco años de recesión o de estancamiento económico, había afirmado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en agosto, tras la presentación de estas cuentas.

No hay recortes claros a la vista en los ámbitos de sanidad, educación o investigación como en años anteriores.

Al contrario, el gobierno conservador ha previsto aumentos de presupuestos en estos sectores, así como en los fondos destinados a las regiones. También ha previsto aumentar las pensiones un 0,25%, un 1% el salario de los funcionarios y restablecer las pagas extraordinarias congeladas desde 2010.

Madrid asegura que estos gastos suplementarios no le impedirán cumplir sus objetivos de déficit público en 2015 y 2016, gracias un crecimiento sólido.

Para Pedro Aznar, profesor en la escuela de comercio catalana Esade, se está lejos de poder cantar victoria. "El Gobierno es más optimista que el consenso general", subrayó.

Rajoy no deja de destacar que tras haber vuelto a crecer en 2014, España debería ver su Producto Interior Bruto (PIB) dispararse un 3,3% en 2015 y un 3% en 2016.

Pero, la economía española, apoyada en buena parte por variables, especialmente internacionales, favorables pero frágiles --exportaciones, bajos tipos de interés y ausencia de inflación, precios del petróleo razonables -- podría tener que afrontar vientos contrarios en los próximos meses, advierte Aznar.

Vendrían principalmente de China, donde la economía se ralentiza, arrastrando a países emergentes como Brasil, donde las empresas españolas como Telefónica o el Banco Santander, están bien implantadas. "Hay una clara desaceleración y no está claro cuál es el efecto de esta desaceleración en la economía mundial", constata el economista.

Los déficits de la seguridad social y de las regiones, que gestionan directamente importantes presupuestos en España, también podrían desviarse más de lo previsto, mientras que la bajada de impuestos decidida tras las subidas tiene un carácter "más electoral que económico", advierte.

La Comisión Europea también advierte que España podría no reducir lo suficientemente su déficit público en 2016 para situarse en los márgenes europeos.

Ya ha pedido a Madrid presentar un presupuesto modificado con más precisiones sobre las regiones, que están muy endeudadas.

Pero, esto es imposible de hacer antes de las elecciones generales del 20 de diciembre, en las que el Partido Popular (PP) de Rajoy podría perder su mayoría absoluta, amenazado por los socialistas, el partido liberal Ciudadanos y el de izquierda radical Podemos, según los sondeos.

Para José Antonio Herce, economista de la universidad Complutense de Madrid, la advertencia de la Comisión Europea es ante todo "un aviso para el próximo gobierno".

En plena campaña electoral, "puede ser elevada la tentación de prometer rebajas de impuestos o partidas de gasto", que sólo servirían para aumentar el déficit público, subraya.

"No se puede permitir ahora el lujo de empezar a gastar de manera manirrota", advierte Rafael Pampillón, profesor de la escuela de comercio madrileña IE Business School.

La situación de las cuentas de España está en efecto lejos de ser brillante, a pesar de que va mejorando poco a poco, mejora que el gobierno atribuye a su política de austeridad.

La deuda pública, que se disparó tras el rescate de sus bancos y por los subsidios de un desempleo que aún afecta a cerca de un sujeto activo de cada cuatro, debería alcanzar el 98,7% del PIB a finales de año. Era del 36,3% antes de la crisis.

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