Las consecuencias de salirse del euro: impagos, colapso del comercio y hasta guerra civil

  • Las especulaciones han entrado en fase latente, pero durante muchas semanas se discutió muy seriamente la posibilidad de que algún país abandonase el euro para afrontar por su cuenta la crisis. El primer banco suizo, UBS, ha calculado los costes económicos, políticos y sociales que supondría una decisión de ese calado. Y dan ganas de no volver a pensar en ello.
Suiza debilita el franco para frenar su imparable apreciación frente al euro
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Álex Medina R.

Cuando un padre desconfía públicamente de su propio hijo es que al hijo le queda ya muy poco respaldo. Y al euro como moneda común ya le ve mala cara hasta uno de sus progenitores políticos (primer presidente de la Comisión Europea), Jacques Delors, quien recientemente alertó del peligro que corre la divisa continental.

Ahora, el primer banco suizo (el UBS) ha ahondado en la herida desde su posición privilegiada de observador del mercado europeo. Con su moneda convertida en valor refugio, la entidad ha elaborado cinco escenarios (alguno muy sorprendente) a partir de una eventual ruptura de la unidad.

Y a estas conclusiones ha llegado:

1-. El euro es ya una entelequia, un experimento fallido. Con su actual estructura y sus estados miembros, la moneda no funciona, sentencia UBS. Así de claro. ¿La solución? Cambiar la divisa o los países.

2-. La carretera acaba en una confederación fiscal."El euro se mueve lenta (y dolorosamente) hacia algún tipo de integración fiscal". Las opciones reales de una ruptura "tienden a cero", ya sea porque ningún país puede ser expulsado (según la normativa europea), ya sea porque las consecuencias de salirse por su cuenta y riesgo son tan aterradoras que deberían quitar las ganas de ello.

En cualquier caso, la unificación de los sistemas fiscales es una de las viejas aspiraciones de los grandes países, como Alemania y Francia, en los impuestos empresariales, ya que siempre han considerado que las diferencias entre estados les perjudicaba.

3-. Un país débil abandona el euro. ¿Qué ocurre? De todo. Empezando por un impago soberano, un colapso en el sistema bancario y un bloqueo de su comercio internacional. La devaluación, que se ha convertido en una especie de remedio universal contra todo, apenas subsanaría las heridas causadas.

Para UBS incluso se rozaría un fuerte conflicto civil (habla hasta de guerra) en algún que otro país. Y, en efecto, el banco suizo recuerda que España, así como Italia y Bélgica, ya tienen larvados problemas de unidad nacional por culpa de los fuertes gobiernos autonómicos.

¿Una exageración? Quizá sí, pero es que el coste económico de una repentina salida del euro de un país con moneda débil ascendería a la mitad de su Producto Interior Bruto en el primer año y a una quinta parte a en los años siguientes.  

4-. Un país con una moneda fuerte se marcha. ¿Qué le pasaría? Al igual que con el anterior ejemplo UBS no se cortó en dar nombres, aquí directamente especula con Alemania. A diferencia del los débiles, el default no sería estatal, sino de una parte importante de su tejido emprearial, los bancos se verían obligados a recapitalizarse y el comercio internacional se atascaría.

El coste de todas estas desdichas sería de hasta 4.500 euros por persona que, para el ejemplo alemán, arañaría entre un 20% y un 25% de su PIB. Como todo se entiende mejor con una comparación, si Grecia, Irlanda y Portugal tuvieran que pagar de una tacada todo lo que se le ha prestado en los rescates, el reparto por ciudadano de esos países sería de apenas 1.000 euros por persona.


5-. La economía es lo de menos. Como ni no fuera suficiente todo lo anterior, UBS termina su informe asegurando que "los costes económicos deberían ser la menor de las preocupaciones de los inversores". La fragmentación del euro eliminaría en primer lugar el estatus que se ha ganado la UE a lo largo de los años en los organismos internacionales.

Pero esto no es lo peor, claro: UBS concluye que ninguna unión monetaria reciente se ha roto sin consecuencias en forma de autoritarismos políticos y/o militares.

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