Crisis por falta agua potable en Maldivas tras incendio planta desalinizadora

Nueva Delhi, 6 dic.- El incendio el jueves de la única planta desalinizadora de Malé, capital de las islas Maldivas, generó una crisis por falta de agua potable en el archipiélago, aliviada por el envío de ayuda desde países como la India o Sri Lanka.

El presidente del archipiélago, Abdulá Yamin Abdul Gayum, pidió a los maldivos a través de un comunicado que se mantengan "pacientes y unidos" mientras intentan "resolver la crisis nacional", y garantizó el reparto de agua potable hasta que se solucione el problema.

El ministro maldivo de Defensa, Mohamed Nazim, aseguró anoche durante una rueda de prensa que el 60 % de los trabajos de reparación de la planta han concluido, aunque necesitarán al menos "una semana" para que vuelva a funcionar, recoge hoy el diario local Haveeru.

"Hemos distribuido 177.000 litros de agua a 70.000 personas (la población de Malé es de 133.021 según el censo provisional de 2014) y activado también el suministro de agua durante una hora para 39.564 personas", explicó el ministro.

Las Maldivas están recibiendo ayuda de países como la India y Sri Lanka, y otros como China y Estados Unidos se han comprometido al envío inmediato de agua, lo que se une al suministro efectuado desde otras islas del archipiélago.

La India ha colaborado con el envío en tres aviones militares de 100 toneladas de botellas de agua y un buque de la marina india navega hacia el archipiélago con 35 toneladas de agua y una planta potabilizadora capaz de generar otras 200 toneladas.

Sri Lanka, por su parte, ha incluido botellas de agua en todos los vuelos con destino a las Maldivas, algo que comenzará a hacer también China, que al igual que Estados Unidos ha enviado un buque con ayuda a Malé.

El archipiélago de las Maldivas lo forman 1.190 islas, de las que solo 200 están habitadas y de ellas la mitad están dedicadas en exclusiva al turismo, la principal fuente de ingresos de este país situado al sur de la India.

En la congestionada Malé viven, en menos de 2 kilómetros cuadrados, cerca de la mitad de los 350.000 habitantes del archipiélago.