Dedos robóticos, culos de plástico, lavadoras... Así tortura Samsung a sus teléfonos para probar su resistencia

    • Así son las pruebas de resistencia que los productos de Samsung pasan antes de salir al mercado.
    • Un dedo robótico que pulsa compulsivamente botones o un trasero falso que se sienta sobre el móvil.
Dedos robóticos, culos de plástico, lavadoras... Así tortura Samsung a sus teléfonos para probar su resistencia
Dedos robóticos, culos de plástico, lavadoras... Así tortura Samsung a sus teléfonos para probar su resistencia
D.G.O.

Está claro que los teléfonos inteligentes son el 'empollón' de la clase, pero cada vez se preocupan más por ser también el atleta musculoso que puede con todo. Por eso los fabricantes de 'smartphones' hacen pasar a sus terminales por las más variadas y aparentemente absurdas pruebas de resistencia. El gigante coreano Samsung ha decidido compartir el proceso, que denominan 'test de estrés', con todos nosotros. La grabación está en coreano, pero las imágenes hablan por sí solas. Y aún sin pretenderlo tiene momentos en los que parece un vídeo de humor.

En primer lugar, someten al buque insignia de la compañía, el Galaxy S3, a lo que han bautizado como 'key test'. Esta 'tortura' consiste en soportar 200.000 pulsaciones efectuadas por una especie de brazo robótico sobre la misma tecla en un periodo muy breve de tiempo. Prueba superada.

Después, el sufrido terminal pasa a la sala de 'aplastamiento', donde un trasero de plástico simula la presión que recibe el dispositivo cuando una persona se sienta accidentalmente encima. Por un momento parece que va a sucumbir, pero supera el reto.

A continuación el Galaxy es amarrado a lo que a todas luces es la versión para móviles de un potro medieval de tortura. Torsiones, estiramientos... La perla coreana aguanta toda clase de 'perrerías'.

Y entonces empieza el 'waterboarding', las torturas basadas en agua. Primero meten el terminal en una especie de lavadora posmoderna llena de piezas puntiagudas de plástico. La escena pretende simular la pesadilla de un móvil que acaba en la lavadora junto con las llaves y monedas su dueño llevaba en el bolsillo. Ni una ralladura.

Tras ello el Galaxy se convierte en protagonista de un 'Cantando bajo la lluvia' de última generación. Y no desafina. Tampoco consiguen minar su resistencia con un potente chorro de agua directamente enfocado a su pantalla (eso sí, desde una distancia prudencial).

Finalmente llega la tradicional prueba de caídas, en la que el teléfono hace 'puenting' sin cuerda desde una altura considerable y... revienta en mil pedazos.

No intentéis esto en vuestras casas.

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