Defensores de los animales alertan de que los cerdos pasarán hambre con las nuevas etiquetas de jamón ibérico


La Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA) se ha dirigido al ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, para manifestarle su preocupación por la amenaza que representa para el bienestar animal la aplicación del real decreto sobre ‘Norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico’, ya que, a su juicio, obliga a los cercos a pasar hambre.
ANDA explicó que el real decreto establece un etiquetado ibérico que califica el producto según dos términos. El primero de ellos alude a la alimentación y el entorno de cría: “bellota” para animales que han vivido en la dehesa y se han alimentado de sus productos naturales, “cebo de campo” para animales alimentados con piensos y que sólo han estado al aire libre sus dos últimos meses y “cebo” para animales alimentados con piensos y que siempre han vivido en naves de cría intensiva.
Y el segundo se refiere a la raza del animal: “100% ibérico” cuando el animal es genuinamente de raza ibérica e “ibérico” para aquellos animales cruzados con otras razas de crecimiento y engorde rápido hasta un máximo del 50%.
Para ANDA, este sistema “da lugar a equívocos”, ya que “el 80% de lo que el consumidor compra como ‘ibérico’ procede de su categoría más baja, ‘cebo’, es decir que el animal ni ha vivido en una dehesa ni se ha alimentado de productos naturales y, además, es sólo mitad ibérico”.
“Desde el Ministerio nos dirán que cada término de la etiqueta está perfectamente definido y responde a unas condiciones concretas de cría y alimentación, pero la verdad es que los ciudadanos no van al supermercado con el real decreto debajo del brazo y solo ven la palabra ‘ibérico’ seguida de unas adjetivaciones difíciles de interpretar”, comentó Alberto Díez, portavoz de ANDA.
Además, ANDA se mostró especialmente preocupada por el hecho de que para el tipo “cebo” se permite el cruce con razas de crecimiento y engorde rápido. En este caso, los animales deben sacrificarse con una edad mínima de 10 meses y establecen un peso mínimo de 115 kilos, de manera que los mataderos, “por motivos de preferencias comerciales, van a exigir ese peso a los ganaderos”.
“Un animal cruzado, con 10 meses y alimentado de forma correcta, alcanza fácilmente los 140 kilos, por lo que al ganadero sólo le va a quedar una opción para reducir esos kilos: hacer pasar hambre al cerdo”, afirmó.
Por estos motivos, ANDA ha pedido al departamento dirigido por Arias Cañete que se reduzca el porcentaje de cruce permitido aumentando la proporción de raza “ibérica”, de crecimiento más lento, con lo que “el producto final sería algo menos económico, pero el consumidor no sería engañado ni los cerdos, ‘adelgazados’”.

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