¿Ganas de montar un pequeño negocio? Pues... nunca digas que nadie te advirtió de los errores que debías evitar

    • La crisis y la falta de empleo multiplican los intentos de crear nuevos negocios con familiares o amigos; por desgracia, también multiplican los fracasos.
    • Fernando Trías de Bes, economista especializado en márketing, explica experiencias prácticas que a todo emprendedor le gustaría conocer antes de tirarse al agua.

"No digas que nunca te lo advirtieron", es el subtítulo que escogió el economista Fernando Trías de Bes (Barcelona, 1967) para su "Libro negro del emprendedor".

¿Un aguafiestas empresarial? Al revés, un aliado para que no fracasen los pequeños negocios nacidos de buenas ideas (de esas que conservan celosamente muchos "emprendedores-Golum").

Amigos, familia, socios, trabajo... ¿somos conscientes de cuántos buenas ideas empresariales fracasan por no colocar en el sitio adecuado a estos actores? ¿Cómo evitar ese 20 por ciento de errores típicos que causan el 80 por ciento de los fracasos empresariales?

Imagine que yo quiero emprender un negocio. Dígame los consejos que le daría a un buen amigo suyo.
Te doy dos: primero, no te obsesiones con la idea. Cada año veo decenas de emprendedores que están convencidos de que tienen una gran idea. Piensan que van a triunfar sólo porque su idea "es genial". Yo les llamo "emprendedores-Golum" (personaje de la novela El Señor de los Anillos). Guardan su idea celosamente, no la quieren compartir: "¡Mi tesorooo, mi tesorooo!"...

Pero una buena idea es un tesoro, ¿no?
No. Al contrario de lo que la mayoría piensa, la idea no es tan importante. Importa mucho más la implementación. El mundo está lleno de tantas ideas buenas como fracasadas. Lo difícil de una idea está en cómo hacer que produzca valor.

¿Y qué es el valor para usted?
Mira, no te voy a dar una respuesta académica, sino práctica. Cuando alguien me explica su negocio, yo le pido esto: "Dime en una frase por qué crees que te van a comprar a ti y no a otro". Eso es valor. Si no puedes verbalizarlo, no estás generando valor.

Ya me ha dado el primer consejo. ¿Cuál es el otro?
No busques socios que realmente no necesitas. Hay mucha tendencia a asociarse para compartir riesgos, porque sobra miedo y faltan recursos. Eso genera asociaciones muy poco meditadas, que con el tiempo terminan provocando la mayoría de las rupturas. Es enorme la cantidad de personas que se asocian como simple medida de protección. El tiempo demuestra que es un error.

"SI TE DA MIEDO EMPRENDER SÓLO, BÚSCATE UN PSICOTERAPEUTA, NO UN AMIGO"

Un socio ayuda a compartir riesgos. Yo me sentiría más seguro y acompañado.
Si buscas compañía, llama a un amigo para tomar unas cañas, pero no te pongas a montar una empresa con él. O busca un psicoterapeuta que te ayude a superar el miedo. ¿No has dicho que quieres invertir en un negocio? Pues piensa como inversor. Tú no necesitas estar arropado. Tú necesitas un socio que te aporte su dinero, su local, sus recursos, sus ideas o cualquier otro activo suyo. Y si no necesitas nada de eso, ¿para qué te asocias?

De acuerdo, pero suponga que realmente necesito a un socio y confío en un amigo o un familiar. ¿Cómo gestionar ese nuevo tipo de relación?
Yo recomiendo convertirse en una especie de doctor Jekyll y Mr. Hyde. Es decir, desarrollar una doble personalidad que te permita actuar como socio capitalista en unos momentos y como trabajador de la empresa en otros. Con tus socios, sobre todo si son amigos o familiares, debes pactar claramente desde el principio cómo serán esas dos vinculaciones tuyas con la empresa. Mezclar propiedad y trabajo acaba generando muchísimos problemas. Deben ser dos pactos distintos que no se interpongan uno con otro.

Pero eso es como pedir matrimonio y al mismo tiempo ponerse hablar del divorcio. Un poco chungo, ¿no?
En términos de pareja quizá, pero si hablamos de montar una empresa, eso es sanísimo. Al principio de una excursión todo es muy bonito. Las mochilas no pesan, sobran bocadillos, la cantimplora está llena, hace fresquito... pero luego, cuando está allá arriba y aún queda mucho trecho para llegar a la cima, tienes hambre, sed, quema el sol y estás cansado. Y te fastidia tener que pararte esperar al resto. O te peleas por un pequeño sorbo de agua. Así es la vida y así es el ser humano.

"EN LAS COCINAS DE LAS CASA SE COCINAN GRANDES CONSPIRACIONES EMPRESARIALES"

Hay sociedades formadas por amigos o hermanos que salen adelante. No todo tiene que ser tan negro, ¿no?
Por supuesto, no todo. Precisamente mi consejo de separar las relaciones como socio y como trabajador valen para los resultados buenos y los malos. También hay socios que se marchan de la empresa aunque las cosas marchan fenomenal, bien porque deciden emprender otra cosa, bien porque se aburren o por cualquier otro motivo. Una empresa no tiene por qué convertirse en un compromiso de por vida. Una de las ventajas de emprender es que tú tienes las riendas de tu evolución profesional. Si pactas previamente los términos de la separación, será más fácil para todos.

Bueno, será más fácil para uno: el que decide marcharse.
No, será más fácil para todos. Para los socios, para los trabajadores, para los clientes... Hay empresas que sufren verdaderos terremotos cuando dos socios no se ponen de acuerdo a la hora de separarse. Los empleados de la empresa no tendrían que sufrir esas desavenencias. Si desde el principio pactas cómo separarte, también pactas mejor tu forma de asociación, porque tu relación con los demás socios estará poniendo en primer lugar los intereses de la empresa en general, no de las partes que la componen.

Muchas pequeñas empresas surgen de las familias. ¿No cree que es casi imposible emprender en estos términos tan fríos cuando el socio es tu hermano o tu padre?
Sé que es duro hablarlo, pero sirve para poner los pies en el suelo. No estamos en una ONG. En las empresas familiares existen "consejos de administración paralelos", que son las cocinas de cada hogar de los socios. Ahí es donde tu pareja te dice: "¿Y qué hace fulanito, si es un vago? ¿Y por qué gana más que tú? ¿Y por qué ha contratado a su sobrina? Tú traes más clientes, tú trabajas más horas..." y bla, bla, bla. En la cocina se cuecen las habichuelas, pero también las conspiraciones de las empresas familiares. Insisto: antes de empezar, prevé lo que puede fallar y háblalo con tus socios. No te arrepentirás.

"ES MÁS FÁCIL EVITAR LOS ERRORES QUE REPLICAR LOS ÉXITOS"

¿Es mejor entonces apartar la familia de la empresa, si se puede?
Yo pienso que sí. Hay muchas empresas familiares muy bien avenidas, pero también rupturas muy sonadas. En las empresas familiares irrumpen aspectos muy complicados de armonizar en el tiempo: sucesiones generacionales, agravios no resueltos, remordimientos, egos, envidias... se mezclan los problemas habituales en una empresa y en una familia. Nadie va a negar el éxito de empresas familiares como Freixenet, Codorniu o Mercadona, pero personalmente yo preferiría divorciar a la familia de la empresa, nunca mejor dicho.

Corríjame si me equivoco: usted cree que es más útil aprender del fracaso que del éxito.
Ignoro si más útil, pero estoy seguro de que los éxitos son difícilmente replicables. Conozco a emprendedores que les ha salido todo muy bien a la primera y a la segunda, pero muy mal a la tercera, cuarta o quinta.

¿Acaso no habían aprendido de su éxito?
El éxito no se aprende como se aprende a montar en bicicleta o a nadar. Un negocio, sobre todo los más complejos, sólo termina cuajando por la confluencia de circunstancias muy diversas. Conviene conocer experiencias positivas, por supuesto, pero un éxito empresarial nunca se convertirá en fórmula. Repetir éxitos es mucho más difícil que evitar errores. Se cumple el principio de Pareto: un 20 por ciento de errores explican el 80 por ciento de los fracasos.

Termino con la pregunta del millón: ¿es buen momento para emprender "con la que está cayendo"?
No es el mejor, cierto. Han bajado los ingresos familiares, hay menos consumo y menos ventas. Pero también es verdad que estas crisis generan oportunidades muy interesantes. Hay que estar atentos para detectarlas. Con pocos recursos se puede hacer mucho.

Sigue @martinalgarra//

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