Grecia, el euro y Oscar Wilde

  • Un año después de su rescate, Grecia no ha mejorado sino que empeora a pasos de gigante. Y no duden de que la situación helena no hará más que empeorar.
Grecia prevé un nuevo plan con UE, FMI y BCE
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FinancialRed

Difícilmente encontraremos un personaje que haya saboreado tanta gloria, y a continuación haya soportado tanta humillación. Oscar Wilde no solo fue un brillante escritor, sino también y sobre todo un excelente orador y conversador.

Aquel extravagante irlandés y personaje victoriano sorprendió y suscitó la admiración de la aburrida y encorsetada sociedad inglesa y de la pretenciosa sociedad norteamericana de finales del siglo XIX.

Primero admirado y después denigrado, se burló abiertamente de la doble moral de la sociedad de la época, declarándose abiertamente socialista e insinuando su homosexualidad. Tras salir de la cárcel, acusado de un delito de sodomía, falleció sólo, sin dinero y despreciado por sus antiguos conocidos, en un oscuro y lóbrego hotel de París.

Como "Hombre Estético", Wilde era un gran admirador de la Antigua Grecia. Para Wilde, que ensalzaba el refinamiento de la cultura griega, los griegos eran esencialmente una nación estética, es decir, una nación de artistas cuya moralidad era también estética, y no teocrática, y por ello más humana y más real. En sus escritos Wilde llegó a afirmar que "todo lo que hay de moderno en nuestras vidas se lo debemos a los griegos".

Sorprende el paralelismo entre la experiencia vital de este gran escritor y la deriva de una nación como la griega, a la que él tanto admiró. Grecia parece abandonada a su suerte, sometida a los intereses de una Europa que está dispuesta a emplear su "timing" sin importarle la dramática situación social del país heleno.

Un año después de su rescate, Grecia no ha mejorado sino que empeora a pasos de gigante. También es un país más injusto, sometido a la dictadura de eso que algunos llaman mercado y que obliga a Grecia a dedicar la mayor parte de su presupuesto al pago de los intereses de la deuda, en lugar de dedicarlo a la mejora de la salud o de la educación.

Un año después de que Grecia recibiese 110.000 millones de euros en créditos de la Unión Europea y del FMI, las declaraciones en torno al futuro del país heleno son de lo más dispares cuando no son totalmente antagónicas.

Cuesta mucho creer que desde un mismo proyecto económico pueda surgir tal diferencia de criterios. Se me ocurren dos opciones: o Europa está muy confundida o alguien está llevando adelante un macabro plan con exactitud milimétrica; o quizás ambas cosas a la vez. Sea lo que sea, Grecia, ese caballo de Troya que el dólar empleó contra el euro, es un juguete roto que Europa ha decidido sacrificar.

¿Ya nadie se acuerda de quién está detrás del maquillaje de cuentas de Grecia?, ¿de quién ayudó a Grecia a engañar a una Unión Europea ciega de éxito?, ¿nadie va a decir claramente qué intereses se esconden detrás de aquella actuación, delictiva y criminal, de Goldman Sachs?. Pues de aquellos polvos estos lodos. Y no duden de que la situación griega no hará más que empeorar.

En 1880, cuando todavía nada hacía presagiar el drama que veinte años más tarde destrozaría la vida y la reputación de Oscar Wilde, el escritor Renell Rodd agregó una dedicatoria a Wilde en su primer libro "Songs in the South": "A tu martirio, ávida y feroz / esta turba a la que hablas acudirá; / te vendrán a ver todos en tu cruz, / y ninguno te acompañará".

 

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