Los bancos cobran 'mil veces más' por conceder una hipoteca que antes de la crisis

No va a más señores. La caja ha cerrado. Y sólo está dispuesta a abrirse si aceptan pagar unos desorbitados intereses. Poco importa que ya casi nadie llame a su puerta pidiendo una hipoteca. Los pocos que lo hacen, tienen que pagarla con creces.

En concreto, un 900% más cara que hace cuatro años, cuando estalló la crisis. Es decir, han multiplicado por diez.

Desde septiembre de 2007 hasta el mismo mes de este ejercicio, los intereses que cobran los bancos por este tipo de créditos han pasado de estar en torno a 0,22 puntos sobre el euribor a 2,22 puntos más.

Y eso que en este periodo el euribor se ha desplomado un 55%, al haber pasado del 4,72% al 1,98%. Un abaratamiento que las entidades financieras han aprovechado para cobrar un mayor diferencial y, así, intentar sanear sus maltrechas cuentas.

Cómo funcionan las hipotecas

Cuando un banco o caja concede una hipoteca, ésta se calcula sobre el euribor (generalmente de uno o dos meses antes) y se le aplica un diferencial, que son los intereses que cobra el banco.

Así, en agosto de 2007, el euribor estaba en el 4,66%, y el interés medio al que se concedieron las hipotecas en septiembre de ese año, según el INE (Instituto Nacional de Estadística) fue el 4,88%.

En cambio, en septiembre de 2011 (último con cifras oficiales de créditos hipotecarios), el tipo medio fue el 4,31%, y eso que el euribor se situó en agosto en el 2,09%.

Esto significa que los bancos y cajas siguen cobrando prácticamente el mismo interés que hace cuatro años, sin importarles que su referencia, el euribor, haya caido un 55%. Así hacen caja.

El problema es que tampoco están haciendo mucha caja, ya que la crisis económica ha hecho que cada vez menos gente compre una vivienda, hasta el punto de que la cifra de concesión se hipotecas se ha cercenado en un espectacular 70%, al haber pasado de las 103.671 otorgadas en septiembre de 2007, a las escuetas 30.808 registradas en el mismo mes de 2011.

Suma y sigue, porque también ha sufrido un duro ajuste el importe de este tipo de créditos, y a menor capital prestado, menos ganancia para bancos y cajas.

En concreto, la hipoteca media ha pasado de sumar 150.328 euros a situarse en 111.934 euros, es decir, un 25% menos. Además, el número de años del crédito se ha recortado en un 20%, otro golpe para las entidades financieras, cuya ganancia se incrementa cuanto más longevo es el préstamo.

Con tanto ajuste, el único resorte que les queda a bancos y cajas para hacer negocio es el diferencial. Y lo están exprimiendo.