La iglesia de África se enfrenta a múltiples desafíos

  • El papa Francisco encontrará durante su primer viaje a África una iglesia atada al poder político y que encara enormes desafíos como la amenaza del islam radical y la proliferación de las sectas evangélicas.

El papa argentino viaja al continente que registra el mayor crecimiento de católicos, la mayoría de ellos jóvenes, que encarnan la esperanza de la iglesia africana, sostiene el cardenal Robert Sarah, de Guinea.

También representa el lado frágil del cristianismo, formado por los misioneros hace sólo un siglo y medio y que presenta muchas luces y sombras, según el padre Angelo Romano, de la comunidad de San Egidio, experto en el tema.

"Es una iglesia que aboga por la paz, defiende la coexistencia con otras religiones y está a favor de la democracia", sostiene.

Los laicos constituyen el mayor escollo, ya que "todavía son muy frágiles", y su clero "tiene dificultades para entender los cambios que vive la sociedad africana", sostiene.

Dos fenómenos constituyen importantes desafíos: la aparición de movimientos musulmanes yihadistas y de mezquitas, financiadas principalmente por las monarquías del Golfo y la presencia de movimientos evangélicos o pentecostales, que atraen a los católicos.

En Kenia, Uganda y la República Centroafricana, que visitará del 25 al 30 noviembre, Francisco va a encontrar comunidades cristianas que se encaran al yihadismo.

En los tres países -que cuentan con importantes comunidades católicas- se han vivido violentos conflictos civiles.

Las tropas de Kenia y Uganda luchan contra los yihadistas "shebab" de Somalia, que han lanzado campañas de sangrientas represalias, como los atentados de 2010 en Kampala, que dejaron 76 muertos.

En Kenia, el ataque yihadista en la Universidad de Garissa, el 2 de abril de 2015, dejó 148 muertos, incluidos los cuatro miembros del comando.

Esas amenazan han puesto a los cristianos a la defensiva.

El Papa lanzará sin duda llamados a favor de la convivencia pacífica y del espíritu de tolerancia entre cristianos y musulmanes.

Las iglesias pentecostales y evangélicas, que ofrecen más milagros y prometen ayuda concreta a la gente con dificultades, proliferan en los barrios.

Cientos de miles de católicos se pasan a ellas.

Ha fracasado "la integración de una cultura en otra, tanto con católicos como con protestantes y anglicanos," explicó a la AFP el padre Giulio Albanese, experto de África para Radio Vaticano.

La Iglesia católica en muchos países africanos desempeña un papel político de contrapoder ante los poderes fuertes como en la República Democrática del Congo.

Muchos obispos y cardenales, como el arzobispo de Bangui, (República Centroafricana), Dieudonné Nzapalainga, defienden la paz civil, poniendo en riesgo su propia vida.

A esos "pastores" comprometidos con los problemas de la gente, el papa jesuita va a llevar un mensaje de apoyo.

Desde que fue elegido en marzo del 2013, el papa ha impulsado una iglesia pobre para los pobres y designado religiosos que trabajan con refugiados, desplazados, que combaten desde las "periferias" la pobreza, la exclusión y todo tipo de tráficos.

La iglesia administra miles de escuelas católicas, y está en primera línea en los centros de salud para combatir desde el sida hasta el ébola.

La Iglesia católica africana se mantiene gracias a su intransigencia en materia de costumbres.

En el Sínodo sobre la Familia de octubre celebrado en el Vaticano, los obispos africanos acusaron al mundo occidental de "ser decadente", de "colonialismo ideológico" tras denunciar la presión y ayuda de potencias occidentales para que se adopten leyes a favor de los anticonceptivos, el aborto y la homosexualidad.

Los africanos brillaron como grandes defensores de la moral sexual y de la familia católica, a pesar de que una parte de los sacerdotes y obispos tienen mujeres, de acuerdo con fuentes del mismo Vaticano.

"Son más romanos que el Papa, aunque muchos religiosos tienen hijos con varias mujeres", comentó una fuente del Vaticano bajo anonimato.

El papa fustigará también la "mundanidad" y la "corrupción" que afecta a una parte de la jerarquía de la Iglesia que practica una vida de lujo, es clientelista y cómplice de la clase política corrupta.

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