Alemania insta a Francia, Italia y Grecia a acometer reformas estructurales

  • El ministro de Economía y vicecanciller alemán, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, instó hoy a Francia, Italia y Grecia a acometer reformas estructurales, aunque el precio político sea muy alto, horas antes de conocerse los detalles de la decisión del Banco Central Europeo (BCE).

Davos (Suiza), 22 ene.- El ministro de Economía y vicecanciller alemán, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, instó hoy a Francia, Italia y Grecia a acometer reformas estructurales, aunque el precio político sea muy alto, horas antes de conocerse los detalles de la decisión del Banco Central Europeo (BCE).

"Nuestra experiencia en Alemania con las reformas estructurales necesarias es que se necesitó mucho tiempo hasta que decidimos implementarlas y crearon mucha discusión política interna y conflicto. Además, recolectamos los frutos ocho o diez años después de introducirlas", dijo Gabriel en la ciudad suiza de Davos.

"¿Por qué iba a ser diferente en Europa?", se preguntó el ministro alemán de Economía en el Foro Económico Mundial.

"Como alemán diría que algunas de las reformas estructurales necesarias en Francia e Italia, o que los griegos tendrían que haber hecho desde hace tiempo, son mucho más duras que las que quisimos los alemanes y esto es también parte de la realidad", añadió Gabriel.

El vicecanciller alemán añadió que "no podemos dejar sólo al BCE toda la tarea de estimular el crecimiento y el empleo, por ello el Gobierno alemán está convencido de que el programa que la Comisión Europea y su presidente, Jean-Claude Juncker, han propuesto tiene, al menos, la oportunidad de combinar reformas estructurales e iniciativas de crecimiento".

"Pero es importante que las reformas se produzcan realmente y, al mismo tiempo, que las iniciativas de crecimiento no sean una emoción inicial para la coyuntura, sino que se inviertan en la competitividad del Continente, en la infraestructura digital, en Investigación y Desarrollo, así como en eficiencia energética", dijo Gabriel.

El ministro alemán de Economía recordó que "en 2003 hubo dos países que no cumplieron los criterios de endeudamiento de Maastricht, uno fue Alemania y el otro Francia, pero entre los dos países hay grandes diferencias porque 2003 fue el año en el que iniciamos nuestras reformas estructurales".

"Sabíamos que estas reformas tenían que estar combinadas con inversiones y por eso no respetamos los criterios de Maastricht, si hubiéramos tenido que respetarlos, deberíamos haber ahorrado otros 20.000 millones de euros más y la oposición en Alemania hubiera sido tan grande que no hubiéramos podido aplicar las reformas", afirmó Gabriel.

Francia entonces creó más deudas y no aplicó las reformas, según el titular de la cartera alemana de Economía.

Ahora la tarea de Alemania es apoyar la política de la UE y la CE y todos los Gobiernos y países tienen que tener el valor de aplicar estas reformas y decir a la gente la verdad sin tener miedo, según Gabriel.

"Es una tarea muy difícil, hemos visto que los gobiernos de los países que lo han hecho lo han pagado no siendo elegidos en la siguiente legislatura, esto es también parte de la verdad", dijo Gabriel.

"Eso nos ocurrió a nosotros, como socialdemócratas aplicamos las reformas y después pagamos un precio muy alto, pero no hay alternativa", añadió.

Gabriel comenzó a hablar en alemán, disculpándose y explicando que "de joven estaba demasiado dedicado a la política y que no era muy buen estudiante en francés y en inglés".

Posteriormente, el ministro de Economía alemán continuó en inglés su participación en el debate, en el que también participaron el primer ministro de Holanda, Mark Rutte; de Finlandia, Alexander Stubb; de Letonia, Laimdota Straujuma, y de Irlanda, Enda Kenny.

La canciller alemana, la cristianodemócrata Angela Merkel, pronunciará hoy también un discurso en el Foro Económico Mundial de Davos sobre los retos de la revolución digital, poco antes de conocerse detalles de la decisión del BCE.

Alemania se ha opuesto en el pasado a la aplicación de un programa de expansión cuantitativa, que incluya la compra de deuda soberana, pero ahora muestra tolerancia con la condición de que se apliquen también reformas estructurales.

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