De la mofa a la decisiones empresariales. Anteayer, esta web informó de las duras críticas en ambientes televisivos galos hacia el desafío independentista de Artur Mas, arrastrado por los anticapitalistas de la CUP.
Y también del calificativo que se le estaba poniendo al actual presidente en funciones de la Generalitat: 'Monsieur menos 12', por el número de escaños que perdía últimamente en comicios electorales, diluidos tras su alianza con Esquerra.
Revelamos asimismo el interés de la Generalitat por divulgar un artículo publicado por Artur Mas en 'Le Monde' el 29 de octubre, bajo el título 'Un mandato democrático para Cataluña', con destacada reproducción en la web de la Generalitat, gencat.
Y ayer saltó la noticia: en plena sesión de investidura de Artur Mas, y con una declaración soberanista por medio, la multinacional francesa Suez Environnemet, propietaria de la empresa líder de aguas en España, Aguas de Barcelona (Agbar), decide trasladar de Barcelona a Madrid la sede social de la matriz que agrupa a todos sus negocios en el mercado español.
La decisión no pudo sorprender. Nueve días antes, el 20 de octubre, Angel Simón, presidente de Agbar, había dicho: "se puede perder inversión por el bloqueo de las instituciones". Además, alertó de la necesidad de acometer una inversión de aproximadamente 20.000 millones de euros para renovar las infraestructuras de aguas residuales, en un encuentro con PwC y Elconfidencial.
Da la ´'casualidad' de que Angel Simón es el único extranjero en la dirección de Suez, y de que Agbar tiene un contencioso con la Generalitat a raíz del concurso para privatizar la empresa Aigües Ter-Llobregat (ATLL).
Y también da la 'casualidad' de que a Simón, como a las multinacionales afincadas en Cataluña, y a la mayoría de los empresarios catalanes, les preocupa la inestabilidad derivada de los resultados y los pactos electorales tras las últimas elecciones municipales y autonómicas. Si encima llega el desafío independentista del Parlament, verde y con asas.
Explicaciones de Grifols
La decisión de Suez era la segunda en pocos días. El jueves 22 de octubre, la multinacional farmacéutica catalana Grifols inauguraba en Dublín su centro mundial de la división de biociencia, la relacionada con hemoderivados, que representa en torno al 75 por ciento del grupo. Tampoco era una sorpresa, porque la tesorería de Grifols se centraliza desde el año pasado en Dublín.
Además, el mercado español es “bastante marginal” para Grifols al suponer solo el 5 por ciento del negocio, aseguran sus directivos. “Grifols es una compañía global y ubica las operaciones donde le es más conveniente desde el punto de vista de negocio”, remachan.
Los empresarios catalanes necesitan seguridad jurídica
En plena ebullición de estas semanas, si había alguien que sabía qué estaba pasando era la patronal catalana, Fomento del Trabajo,. El día 28, el presidente de Fomento, Joaquim Gay de Montellà, defendía que para los empresarios es vital que el proceso soberanista se aborde desde la "seguridad jurídica, la negociación y el pacto".
Sin embargo, Gay de Montellá todavía tendía puentes a Mas al recordar que en 2011 la patronal defendió un pacto fiscal para Cataluña, que "ya no es suficiente", por lo que ahora apuesta por un pacto institucional que facilite una solución acordada.
Posteriormente, el presidente de Fomento manifestó que “ es difícil entender lo que está pasando", aludiendo a la propuesta de declaración independentista.
Desde CEOE reclamaban proporcionalidad, pero varias fuentes señalan ahora que 'es lamentable que todo vaya a quedar en manos de diez diputados' (los de la CUP).
Malestar de las concesionarias y atención a Bonet
La falta de criterios claros para decidir sobre las inversiones tiene a los empresarios en ascuas. La Cámara de Concesionarios en Infraestructuras, Equipamientos y Servicios Públicos (CCIES), que aglutina a las más importantes concesionarias de servicios públicos, no deja de filtrar su inquietud porque la declaración de independencia -suspendida ahora por el Tribunal Constitucional-, afirma que se renegociarán "todas las financiaciones estructuradas".
En el ambito empresarial se espera también el posicionamiento del presidente de la Cámara de Comercio de España y de Freixenet, José Luis Bonet, tras los últimos acontecimientos. El 20 de octubre, Bonet señaló rotundo: “no contemplo la secesión de Cataluña”. Pero a continuación añadió: “Lo que sí creo es que en Cataluña tenemos un problema serio”.
Movimientos de Caixabank y Sabadell
Según Bonet, para que vuelvan las cosas a su cauce, hacían falta (hace unos días), cuatro cosas: “palabra, paciencia, prudencia y pacto”. Pero los acontecimientos se han acelerado esta semana.
No pocos jugadores de la órbita empresarial están esperando que Caixabank, líder financiero y económico catalán, y Sabadell, muevan ficha en algún sentido.
Mientras no lo hagan, empresarios y emprendedores aguantarán, aseguran algunas fuentes, aunque el movimiento de la multinacional francesa Suez, socio de La Caixa, ha sido un paso notable.
En 2014 se especulaba con la posibilidad de que Caixabank y Sabadell podrían anunciar el traslado de sus sedes a Madrid, si se declaraba la independencia. Curiosamente, en estas semanas se escuchan la tensión y el silencio.
Salvo por Grifols y los franceses de Suez, propietarios de Agbar. podría deducirse que multinacionales francesas plantan a Mas mientras los empresarios catalanes esperan expectantes. La cuestión es hasta cuándo.
Planeta se irá
Quien sí ha reiterado que se irá de Cataluña si llega la independencia es Planeta. En la presentación de los úlimos Premios, José Manuel Lara García-Piriz, hijo del patrón fallecido, aseguró: "Mi padre se significó de una forma muy clara, yo no soy quién para rectificar lo que dijo y pensamos exactamente lo mismo". Todos lo entendieron, porque el presidente Creuheras subrayó la "voluntad inequívoca" de respetar el deseo de Lara Bosch, fallecido a comienzos de este año.
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