La subida de impuestos hace que cada vez más estadounidenses renuncien a su nacionalidad

  • Sólo durante el pasado año fiscal, 1.800 ciudadanos del país entregaron su pasaporte o su 'green card'. La cifra es mayor a la suma de las renuncias registradas en 2007, 2008 y 2009. La mayoría son expatriados que se quejan de la alta carga impositiva a la que se enfrentan los residentes que viven fuera del país.
Roberto Arnaz

Mientras millones de personas fantasean cada año con que la célebre lotería de la 'Green Card' les premie con un permiso de residencia y trabajo que les permita emigrar a Estados Unidos y hacer realidad su 'sueño americano, cada vez más estadounidenses renuncian a su nacionalidad para escapar de las garras del Internal Revenue Service (IRS), la temida Hacienda estadounidense.

Sólo en 2011, 1.800 ciudadanos del país entregaron su pasaporte para evitar pagar la creciente presión fiscal, un problema que afecta sobre todo a los que viven en el extranjero. Estados Unidos es la única nación del mundo que obliga a sus 6,3 millones de expatriados a tributar en su país de origen, además de en sus países de residencia.

Esta doble imposición, aderezada por un cada vez más complejo proceso de declaración de la renta, ha provocado que, según Reuters, durante el pasado año fiscal se registrase un número de renuncias a la ciudadanía tres veces superior a las de 2010 y mayor que la suma de las presentadas en 2007, 2008 y 2009.

Se trata de la mayor tasa de devoluciones de pasaporte desde que en 1998 el IRS comenzase a publicar la lista, con nombres y apellidos, de los estadounidenses que reniegan voluntariamente de su nacionalidad.

Por contra, el Departamento de Estado asegura que estos números no cuadran con sus estadísticas y afirma que la cifra de nacionales que renuncian a la ciudadanía se mantiene estable en unos 1.100 casos al año. Además, afirman que se trata de una herramienta utilizada únicamente por los evasores de impuestos.

Lo cierto es que, en los últimos 25 años, un creciente número de multimillonarios con nacionalidad estadounidense ha decidido entregar su pasaporte para poder llevar sus capitales a lugares con menor presión fiscal, entre ellos Ted Arison, el fallecido fundador de Carnival Cruises que cambió su nacionalidad por la israelí, o Michael Dingman, ex director de Ford, que se hizo natural de Bahamas.

En 1965, la actriz de origen inglés y pasaporte estadounidense Elizabeth Taylor fue uno de los primeros personajes públicos en mostrar su deseo de prescindir de la nacionalidad estadounidense para mantener alejado del IRS su patrimonio europeo. La diva del Hollywood dorado inició una tendencia que casi 47 años después siguen cada vez más ciudadanos del país.

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