El plan de rescate de Prisa parece haber despertado más desconfianza que optimismo respecto al futuro del grupo de medios. Al menos, en lo que a su valor bursátil se refiere. En principio, éste debería aproximarse a los 3,518 euros por acción en que ha valorado la compañía el grupo todavía controlado por la familia Polanco y, sobre todo, el nuevo socio de referencia: el fondo estadounidense Liberty Acquisition.
Sin embargo, lejos de acercarse a ese precio, las acciones de Prisa cotizan un 13,5% por debajo de dicho valor. Los 3,04 euros en que cerró ayer la compañía en bolsa son inferiores, incluso, a los 3,08 euros en que Liberty se hará con una parte del capital de Prisa a cambio de haberse beneficiado de una prima de descuento del 12,5% por tratarse de una operación amistosa.
Además, éste importe sólo se aplica a los 150 millones que inyectará Liberty en efectivo en la primera ampliación de capital. Los 660 millones que suscribirá en la segunda serán canjeados por títulos valorados a los citados 3,518 euros.
La complejidad de esta operación, sumada a los elevados compromisos financieros que sigue arrastrando Prisa (unos 2.500 millones cuando se culminen todas las operaciones que ha sellado en los últimos tiempos) son los principales argumentos esgrimidos por los analistas a hora de explicar el castigo que está propinando el mercado a la acción.
De hecho, algunas casa de análisis ya han empezado a rebajar su recomendación, como BPI, que ha castigado al valor, descendiéndolo de comprar a mantener y recortando su valoración de 4,7 a 3,3 euros.
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