Los pensionistas saldarán la crisis sin perder poder adquisitivo a pesar del tijeretazo

  • El poder adquisitivo de los jubilados está en manos de cómo evolucione la inflación el próximo año, cuando el Gobierno ha decidido congelar las pensiones, excepto las mínimas y las no contributivas. Sin embargo, esta medida podrá compensarse con la ganancia extra que tuvieron en 2009, cuando la subida que se les aplicó fue superior al aumento del IPC.
E. Utrera/R. Ugalde

La congelación de las pensiones en 2011 va a tener un impacto limitado para los afectados e, incluso, podría ser nula si se pone en contexto dentro de toda la crisis financiera. Dicho de otro modo, los jubilados podrían concluir los peores años de la historia económica desde la posguerra sin perder poder adquisitivo.

Primero, porque el tijeretazo anunciado por el Gobierno no afecta a las pensiones mínimas, ni a las no contributivas. Segundo, y más importante, porque en 2009 los pensionistas mejoraron su poder adquisitivo de manera excepcional.

La razón es que vieron incrementadas sus pensiones más que el encarecimiento de la vida, gracias a que el IPC se desplomó durante 2009 hasta cerrar el año en el 0,8%, frente al 2% en que se incrementaron las jubilaciones.

Esta comparativa supone que los pensionistas aumentaron su poder adquisitivo el año pasado en 1,2 puntos, que traducidos a dinero, supusieron para el Estado un desembolso extraordinario de 1.280 millones. Esta cifra se aproxima mucho a los 1.500 millones que el Gobierno prevé ahorrar con la congelación de las pensiones.

Además, si los malos augurios de aquellos que vaticinan un recorte del consumo por el tijeretazo se cumplen, el IPC podría verse resentido y volver a desplomarse, como ocurrió en 2009, primer año en la historia de que la subida de las pensiones superó al incremento de los precios. En este escenario, la congelación no afectará al poder adquisitivo de los mayores.

No obstante, también es cierto que esta medida es una decisión sin precedentes en los últimos 25 años, en los que la subida estaba garantizada por ley. De hecho, todos los años se aplicaba una subida del 2% y, en noviembre, se comparaba con el IPC de ese mes. La diferencia, que siempre, hasta 2009, salió a favor de los jubilados, se pagaba con una mensualidad extra.

Mantener el poder adquisitivo

El mismo secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, ha justificado la congelación precisamente por la subida del poder adquisitivo de los pensionistas el año pasado. "La congelación salarial corregirá el extraño ocurrido en 2009, cuando los jubilados ganaron un 1,2% de poder adquisitivo", ha asegurado. Ese extraño ha hecho que, a diferencia de lo que ha sido habitual en los últimos años, los pensionistas españoles no recibieran el pasado mes de enero la paga extra que históricamente se pagaba para igualar la diferencia entre la subida de los precios y de las pensiones.

Así ha ocurrido en los ejercicios de 2007 y 2008, ya con la crisis económica en marcha. En el primero de esos años, que terminó con una tasa de inflación del 4,2% (4,1% en noviembre, mes en que se revisan las pensiones), el Estado aportó 3.024 millones de euros para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas. En 2008, con un IPC del 1,4% (2,4% en noviembre) la aportación extra fue de 635 millones.

Para este año, la subida de las pensiones aprobada por el Gobierno es del 1%. A pesar de la caída de los precios de dos terceras partes de los componentes de la cesta de la compra por la grave crisis que vive el país, el IPC subió en el último mes una décima en tasa interanual, hasta el 1,5%, el dato más alto desde finales de 2008.

Según la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), el IPC cerrará el año en el 2,1%, una décima por encima del objetivo oficial de Bruselas, lo que exigirá al Ejecutivo pagar una extra a los jubilados que compense esos 1,1 puntos de diferencia respecto al incremento pactado para 2010.

El próximo año, que será cuando se aplique la congelación, la capacidad de consumo de los pensionistas dependerá de en qué nivel se sitúe la inflación. Si ésta oscila en torno al 1,2%, habrán conseguido saldar la crisis sin pérdida. Por encima de esta cifra, será donde deberá empezar a calcularse su verdadera pérdida.

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