Cuatro clavos ardiendo a los que se puede agarrar el Tesoro para superar la tormenta

  • Con la crisis de deuda de nuevo sobre la mesa, los inversores siguen mostrando su desconfianza en que el Gobierno español pueda cumplir las promesas que ha hecho a Bruselas. En las últimas semanas, esta situación se ha traducido en un aumento matemático de nuestros costes de financiación. Sin embargo, el Tesoro tiene cuatro claves para aguantar el tipo:
La rentabilidad del bono español a 10 años baja al 5,94%
La rentabilidad del bono español a 10 años baja al 5,94%
Ana P. Alarcos

El Tesoro Público acumula varias subastas consecutivas pagando más intereses por captar dinero en el mercado, aunque el repunte de ayer se llevó la palma.

Para colocar letras a tres y seis meses (el plazo más corto de la deuda española), los inversores obligaron al organismo a desembolsar una rentabilidad que casi duplicaba la que pagó por esa misma deuda en marzo. Una mala noticia negativa dada la crisis de confianza que sufre últimamente la marca España fuera de nuestras fronteras.

Ahora bien, la situación, aun siendo complicada, de momento está lejos de truncar el plan de emisión de este año. Y es que el Tesoro tiene cuatro clavos a los que se puede agarrar:

1. Ya ha captado la mitad del dinero previsto a medio y largo plazo

El primer respaldo del organismo público es que lleva muy adelantado el calendario de emisiones de este año. ¿La prueba? Ya ha colocado 43.000 millones en deuda a medio y largo plazo (es decir, en bonos y obligaciones), justo el 50% de lo previsto para todo el ejercicio. Esto significa que, en solo cuatro meses, el Tesoro ha hecho el trabajo de medio año.

Todo ello ha sido posible gracias a enero y febrero, cuando España aprovechó la tranquilidad del mercado y los préstamos del Banco Central Europeo a los grandes bancos de la eurozona para captar más millones de los previstos y a menor coste que el año pasado.

"La situación del arranque del año fue idílica y ahora nos damos cuenta de lo acertado que estuvo el Tesoro cuando colocó más de lo que tenía pensado. Los últimos cinco meses del año pasado fueron de extrema dificultad, así que, en caso de que viviéramos un escenario similar, España podrá ser más flexible en el calendario que le queda pendiente", asegura Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets.

2. El 55% de los vencimientos del año están cubiertos

Gracias a que, entonces, el Tesoro adelantó deberes, la institución dependiente del Ministerio de Economía ya cuenta con más de la mitad del dinero que debe devolver en este ejercicio a los inversores.

Tal y como anunció a principios de enero, los vencimientos de España en 2012 rondan los 130.340 millones de euros y, hasta abril, hemos colocado 71.500 millones. Es decir, el 55% del total.

Además, ya ha salvado dos de los cuatro pagos más importantes que deberá hacer durante todo 2012. En febrero, afrontó unos vencimientos de 14.374 millones y, en abril, de otros 21.497 millones. Las dos próximas fechas clave serán julio (cuando deberá desembolsar casi 17.000 millones) y octubre (tendrá que devolver 26.351 millones).

3. Los intereses siguen por debajo de la media de 2011

El tercer clavo ardiendo del organismo es que, a pesar de que en las últimas subastas los inversores le están exigiendo más intereses por comprar deuda española, las rentabilidades se mantienen por debajo de la media que pagó durante el año pasado en los distintos plazos.

Por ejemplo, en la subasta de letras a tres y seis meses de ayer, España pagó un 68% y un 87% más que hace un mes, respectivamente. Ahora bien, si se mide con el interés desembolsado durante 2011, el escenario cambia. Y es que la rentabilidad media de la deuda a tres meses superó en un 60% la de ayer. En el caso del papel a seis meses, el interés fue un 32% superior.

Y lo mismo ocurre en otros plazos más largos: estamos pagando un 17% menos por las letras a 12 meses y un 12% menos en las de 18 meses. En el caso de los bonos a tres años, el ahorro es del 13%, mientras que, en la deuda a cinco años, es del 7%.

En este campo, las únicas excepciones las protagonizan las obligaciones (es decir, la deuda a largo plazo). Y es que en las últimas emisiones a diez, quince y treinta años, la rentabilidad ha sido superior a la media de 2011, aunque el repunte en todos los casos ha sido reducido: no ha superado el 3,8%.

4. Una última baza: colocar poco para evitar pagar mucho

Además, el organismo público tiene un as en la manga: colocar la menor deuda posible hasta que escampe la tormenta, una estrategia que le permitirá pagar los menos intereses posibles en un futuro.

De momento, España ya acumula tres emisiones con unos objetivos de colocación mucho más reducidos de lo habitual. El pasado 17 de abril, el Tesoro salió al mercado con la intención de captar entre 2.000 y 3.000 millones en letras a 12 y 18 meses. Dos días más tarde, se propuso lograr entre 1.500 y 2.500 millones en deuda a dos y diez años. Ayer, en cambio, su previsión fue captar entre 1.000 y 2.000 millones en letras a 3 y 6 meses.

Por todo ello, como concluye José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citigroup, "no creemos que el Tesoro vaya a tener problemas de financiación. Lo que estamos viviendo es una vuelta atrás, pero no hemos llegado a los niveles del año pasado. Por eso, e incluso extrapolando las tensiones actuales al resto de 2012, el calendario de emisiones de España es más que factible".

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