Banco Popular se ha librado de la quema. Aunque la jornada pintaba en bastos para la entidad financiera, a última hora ha logrado salir de números rojos y ha cerrado completamente plano.
En concreto, sus acciones han terminado la sesión en 0,57 euros, frente a los 0,54 euros a los que han llegado a intercambiarse.
Un precio al que han bajado cuando los títulos de la compañía caían un 5% y que suponían quedarse a un solo céntimo de mínimos de un año. El hito se produjo el pasado miércoles, cuando el banco cerró en 0,53 euros por acción.
A pesar de la mejora de última hora, su comportamiento contrasta con el buen tono del selectivo, que ha cerrado con alzas del 2,31% y por encima de la barrera de los 7.700 puntos.
Además, aun así, la entidad presidida por Ángel Ron acumula un desplome del 84% en lo que llevamos de año, el mayor retroceso de todo el selectivo.
Un mal tono que se produce días después de que confirmara que ya tiene completa la ampliación de capital por valor de 2.500 millones de euros. Una operación que evitará que el banco pida dinero público para tapar el agujero de 3.200 millones que descubrió en sus cuentas la firma Oliver Wyman cuando realizó el test de estrés de la banca.
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