Los 'piratas' de la City saquean el Ibex para salvar su botín bajista

  • Los hedge funds con sede en Londres pusieron ayer las máquinas a trabajar para poner al Ibex patas arriba. Lo que no consiguieron la semana pasada tras el recorte del rating de Portugal, Grecia y España lo alcanzaron con una marea de rumores sobre presuntas ayudas económicas a España y nuevas rebajas del rating. La caída permitió a muchos inversores especulativos cerrar sus posiciones cortas con beneficios.
Enrique Utrera

Decía Arthur Schopenhauer que la cantidad de rumores inútiles que un hombre puede soportar es inversamente proporcional a su inteligencia. Los mercados pusieron este aserto a prueba ayer, por la cantidad de rumores que asaltaron las bolsas desde el mismo arranque de la sesión y por la dudosa inutilidad de la ofensiva para aquellos que ayer especularon salvajemente a costa de España SA.

Más de un perspicaz observador había avisado tras la aprobación del plan de ayuda a Grecia: “Lo que tenga que venir llegará el martes”. Y el motivo de esperar hasta ese día no era otro que el cierre por festividad de los mercados londinenses el lunes. Por eso el ataque procedente de la City se retrasó 24 horas. Quien más quien menos ya se esperaba un ataque en toda regla tras la vuelta a la normalidad en Londres, como ocurrió en febrero. Hasta ahí bien porque son las reglas del juego.

Pero otra cosa es la estrategia. Primero fue la filtración del rumor de que España estaba negociando un paquete de ayudas de 200.000 millones de euros. Y, para rematar la faena, desde el otro lado del Estrecho se lanzaba a las mesas de los operadores el globo sonda de que Fitch y Moody’s iban a seguir los pasos de Standard&Poor’s la semana pasada rebajando al ráting del país.

El daño ya estaba hecho, y los desmentidos de las dos casas de calificación –que además han asegurado que la triple A que hoy dan a España es estable- no pudieron parar el golpe.Más allá de los hechos objetivos, que dicen que aunque España no es Grecia es necesario acometer reformas estructurales en la parte que nos corresponde, lo de ayer fue un órdago a la grande de los grandes especuladores.

No se trata de recurrir a las ridículas teorías conspiratorias que en febrero esgrimieron algunos miembros del Gobierno para justificar el primer ataque, pero sí de cuestionar las prácticas que con tanto éxito exhiben los hedge funds cuando necesitan tirar las cotizaciones y hacer buenas sus apuestas bajistas, en este caso sobre España.

La realidad dice que la semana pasada no consiguieron los objetivos y que ayer tiraron la casa por la ventana en forma de rumores para forzar lo que consiguieron: una caída del 5,41% en el Ibexque ahora les permitirá cerrar sus posiciones cortas con ganancias o minimizando de forma significativa las pérdidas que acumulaban hasta ayer. Porque de eso de trataba, de hacer negocio a toda costa a rebufo del contagio griego. Más de un analista se preguntaba ayer qué hubiera sido del mercado español si no se hubiera aprobado el fin de semana el programa de apoyo a Grecia.

Pero de vuelta al ataque del martes, hay quien asegura que unos cuantos brokers londinenses traman su estrategia contra España o contra quien toque en la barra de un pub. Dicen que se ponen de acuerdo en cuestión de minutos al lema de “todos para uno, un para todos”. Una visión desenfadada y hasta romántica que hasta viene bien para relajar el ambiente. Y que no sería posible imaginar ni por asomo, si el Gobierno tuviera una estrategia de reactivación económica clara, concreta y contundente. Algo que le van a seguir exigiendo los mercados después de leerse el plan de ajuste impuesto por Bruselas y el FMI a Grecia.

En cualquier caso, la realidad no puede estar más cargada de paradojas. Lo mejor del caso es que muchos grandes inversores encuentran un chollo en la curiosa combinación de la debilidad de la economía española y la fortaleza de muchos de sus grandes valores, especialmente sus bancos. La operativa consiste en cubrir las compras de acciones del sector financiero estadounidense –con más potencial alcista en una economía que nos saca varios cuerpos de ventaja- con la venta de acciones de bancos españoles, que por su enorme liquidez permiten este tipo de estrategias. Cosa que, por supuesto, es imposible hacer con los bancos portugueses y mucho menos los griegos.

La de hoy es una sesión clave. Con el Ibex por debajo de los 9.900 y en los niveles de julio de 2009, las apuestas bajistas no pueden extenderse mucho más. Hoy se medirá si la inteligencia de los mercados es capaz de soportar un rumor más. Si es que llega, porque ayer la especulación más salvaje alcanzó plenamente sus objetivos. Hasta el próximo ataque.

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