El auge del carbón en el norte de Australia pone en peligro a las ballenas

  • El auge de la industria del carbón en el estado australiano de Queensland puede tener "un serio impacto" en la recuperación de la población de las ballenas jorobadas, según un estudio divulgado hoy en el país oceánico.

Sídney (Australia), 14 may.- El auge de la industria del carbón en el estado australiano de Queensland puede tener "un serio impacto" en la recuperación de la población de las ballenas jorobadas, según un estudio divulgado hoy en el país oceánico.

La investigación del biólogo marino Joshua Smith de la Universidad de Queensland identifica dos áreas importantes, una para la reproducción y alumbramiento de las ballenas cerca de la ciudad de Mackay y otra ruta migratoria cerca del puerto de Gladstone, publicó hoy el diario "Sydney Morning Herald".

Las ciudades de Mackay y Gladstone, que son claves para el desarrollo de proyectos de carbón y gas en Queensland y aledañas a la reserva marina de la Gran Barrera de Coral, tienen previsto aumentar el tráfico marítimo para transportar estos recursos.

Asimismo en el puerto de Gladstone se realizan importantes obras de dragado como parte de un proyecto de explotación de gas natural licuado (GML).

La ejecución de todos estos proyectos supondría un aumento de las exportaciones de carbón de 156 a 944 millones de toneladas en 2020 y un mayor tránsito de barcos por las aguas de la Gran Barrera que supondrá un aumento de 1.722 a 10.150 barcos para ese año.

El estudio alerta de que las ballenas afrontan el riesgo de ser embestidas por los barcos o de sufrir un fuerte nivel de estrés por intentar evadir a las naves.

"El aumento del tránsito marítimo puede desencadenar un incremento en choques de barcos y puede tener un serio impacto en la recuperación de las especies de ballenas", dijo Smith.

Esta advertencia se da cuando el número de ballenas jorobadas aumenta en un diez por ciento cada año y se espera que este invierno austral totalicen los 17.000 ejemplares.

Una misión de Unesco en Australia advirtió en marzo pasado que el aumento de la actividad minera pone en peligro la Gran Barrera de Coral, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1981.

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