Nadal sopesa castigar el PIVE para situar a España en el mapa del coche eléctrico

Un Renault ZOE eléctrico, junto al Ministerio de Economía
Un Renault ZOE eléctrico, junto al Ministerio de Economía
José González

Han pasado 20 años desde que en 1997 el Estado comenzara a fomentar la venta de vehículos con ayudas a la compra. Dos décadas en las que ha repartido una cifra cercana a los 4.000 millones de euros entre planes Renove, PIVE o MOVEA, el más reciente y dedicado a los coches menos contaminantes que se agotó en tan solo 24 horas. En agosto permitió que se vendieran 5.117 unidades de coches eléctricos e híbridos, la cifra ‘verde’ más alta de la historia de España.

El éxito de estos incentivos ha sido plausible y se demuestra con datos. El primer plan PIVE, lanzado en octubre de 2012, supuso una demanda añadida para los concesionarios del 25%, cifra que ha ido reduciéndose hasta caer en torno al 8-10% debido a que con el paso de los años ha ido perdiendo su eficacia. Ahora, el ministro de Energía, Álvaro Nadal, está dispuesto a cambiar el paso. Se avista un cambio de rumbo para potenciar la industria del automóvil por delante del consumidor final.

El ministro asegura ahora que es más "interesante" transformar la producción de vehículos antes que “subvencionar la compra” porque las ventas “van bien”, no como en otras épocas más complicadas durante la crisis.  Una afirmación con un claro trasfondo y que el presidente de Seat ya avanzó: “La primera generación de eléctricos no se va a producir en España por falta de tecnología”.

España va con retraso respecto a otros países de Europa en este sentido. Más vale tarde que nunca, es la postura del ministro, quien ve obligatorio incorporar vehículos “más modernos, eléctricos y conectados” en territorio nacional. Es necesaria la inversión en I+D y está dispuesto a ‘motivar’ económicamente a los fabricantes para ello. Actualmente, las fábricas españolas no tienen ni la tecnología suficiente como para producir coches eléctricos, ni el volumen necesario como para que las grandes marcas apuesten por fabricar aquí.

Si no hay ventas, no habrá inversión en tecnología

Es el pez que se muerde la cola. Desde Faconauto, patronal de los concesionarios, aseguran que “si no se promueve la venta, difícilmente se van a colocar coches eléctricos a la velocidad esperada”. Esto supone la ausencia de un mercado interno potente, por lo que "difícilmente se puede justificar que las consorcios automovilísticos decidan fabricar coches eléctricos en España”.

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Todos los responsables del sector coinciden en que es un momento complicado para el futuro de la industria automovilística española. Necesita renovar el parque a corto plazo y posicionarse como un futuro fabricante de coches eléctricos. El ministro reconoce que hay un problema de antigüedad, por lo que desde Faconauto exigen que “no puede esperar al coche eléctrico. Tiene que hacerlo con coches diésel o gasolina que cada vez son más eficientes”.

El mercado nacional no puede posicionarse de perfil ante realidad que será el coche eléctrico. “Entendemos una adaptación en las fábricas españolas, para no quedarnos fuera del futuro. Las plantas españolas tienen que optar a estos nuevos modelos, pero sin olvidar que antes hay que vender coches eléctricos", reconocen desde la patronal.

ANFAC, la asociación española de fabricantes, se encuentra entre dos aguas. Recibiría de buen grado la ayuda para la producción, pero necesita volumen de ventas. Por ello, afirman que las ayudas a las marcas no deberían ser “incompatibles ni contraproducentes” a los incentivos para fomentar a compra de los consumidores. “Una cosa no está reñida con la otra” y se convierte en “algo necesario para que España llegue a tener coches conectados, eficientes y alternativos”.

Según los datos de finales de 2016, la edad media de los vehículos españoles es de 14 años, aunque hay miles de vehículos que tienen más de 20, totalmente desfasados en cuanto a cuestiones de seguridad y medioambientales. Antes de 2018 se pondrá en marcha otro plan MOVEA del que solo se conoce que repartirá 50 millones de euros en ayudas a la venta. Queda por saber si irán destinados a los coches verdes y las infraestructuras de recarga, como en un principio barajaba Energía, o sí también dan cabida a los diésel y gasolina Euro6, los nuevos modelos menos contaminantes. ¿Estamos ante uno de los últimos planes de ayuda a la venta de coches? Nadal lo decidirá.

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