El mandatario festejó junto a miles de simpatizantes que se congregaron con banderas en el parque Samanes de la ciudad de Guayaquil (suroeste), donde hubo un espectáculo musical.
"Cumplimos nueve años en esta lucha que no le pertenece a un movimiento político, sino a todo un pueblo. Hemos reemplazado el desaliento por la esperanza, la desidia por la pasión por la patria, la mediocridad por la excelencia", dijo Correa durante un discurso de casi una hora.
Correa, un economista de 52 años que asumió el poder en enero de 2007, llamó a sus seguidores a "defender" los logros de su proyecto político, al que llama "revolución ciudadana", y advirtió que en 2017 "la campaña electoral será muy sucia" pues indicó que sus opositores intentarán desacreditarlo.
"La gente reconoce las transformaciones en el país gracias a la revolución ciudadana, pero aquello no es suficiente. Necesitamos un pueblo movilizado, un pueblo que defienda los logros alcanzados", señaló el presidente.
Correa enfrentó el año pasado varias protestas en reclamo por la aprobación de enmiendas constitucionales, entre ellas la reelección indefinida, y proyectos de ley para elevar los impuestos a las herencias y a la plusvalía, que fueron retirados temporalmente.
Vestido con una camiseta blanca con el lema "9RC yo soy revolución ciudadana", Augusto Ulloa asistió a la celebración, pues asegura que el gobierno de Correa ha mejorado la calidad de vida de los ecuatorianos, aunque reconoce que queda trabajo pendiente.
"No creas que estoy aquí para decirte que todo es maravilloso. El gobierno de Correa ha multiplicado en exceso la burocracia, el número de ministerios y aunque el sistema de salud ha mejorado todavía es muy lento", dijo a la AFP Ulloa, un entrenador de fútbol de 48 años.
Correa, quien desistió de presentarse a las elecciones de 2017, no reveló quienes serán los candidatos de su partido, Alianza País, para los próximos comicios.
Hasta el momento solo están confirmados dos candidatos de la oposición, hasta ahora muy golpeada en las encuestas: el exbanquero Guillermo Lasso y Dalo Bucaram, hijo del expresidente Abdalá Bucaram.
El gobierno de Correa, quien cerró el 2015 con una popularidad de entre 41% y 58%, los niveles más bajos desde 2007, afronta dificultades económicas por el bajo precio del petróleo y la apreciación del dólar, moneda que adoptó en el 2000 y que le impide tener una política para contrarrestar efectos monetarios como las devaluaciones de sus vecinos.
"Se nos viene otro año muy difícil, compatriotas, pero no vamos a fracasar (...) Enfrentaremos con éxito los desafíos y saldremos fortalecidos", expresó Correa y reiteró que continuará con obras ya iniciadas.
El gobernante recordó que el funcionamiento de hidroeléctricas e infraestructura para mitigar inundaciones, y la repotenciación de la principal refinería del país ayudarán a mitigar la pérdida de ingresos petroleros.
"Las proyecciones indican que 2016 va a ser un año complicado, pero este gobierno que ya tiene casi 10 años tiene una gran experiencia en la gestión y creo que vamos a salir adelante", opinó confiado Ulloa.
Para Alberto Acosta Burneo, consultor del grupo Spurrier de análisis económico, en este momento lo ideal es que el gobierno genere un "ambiente adecuado para que se produzca inversión y sobre todo por el lado privado".
El analista agregó que el gobierno trata de evitar un ajuste económico de cara a las próximas elecciones, confiando en que los precios del petróleo se recuperen.
"Es probable que el gobierno también esté tratando de evitarlo antes de las elecciones porque un ajuste en este momento afectaría los resultados electorales", señaló a la AFP Acosta.
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