Ni frío, ni calor: Los inversores ignoran las revueltas en Bahréin y Libia

  • Las nuevas tensiones en Oriente Medio están dejando indiferentes a los mercados internacionales. Los precios del petróleo y del gas natural se mantienen estables y todo parece indicar que la situación apenas va a variar. Sin embargo, Europa debe estar alerta: la incertidumbre podría asustar a los inversores y resucitar los fantasmas de la crisis de deuda soberana.
La ola de protestas en Oriente Próximo deja 3 muertos en Bahréin
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Ana P. Alarcos

Las revueltas populares vuelven a ser noticia. Bahréin y Libia han cogido el relevo de Egipto y ahora son ellos quienes viven fuertes oleadas de protestas. Sin embargo, los mercados internacionales están mirando hacia otro lado.

Prueba de ello es que los precios del petróleo y del gas natural (las materias primas que producen ambos países) ni siquiera se han movido en las últimas 24 horas. El barril de petróleo brent, la referencia en Europa, cerró ayer en 103,90 dólares (el miércoles cerró en 103,78 dólares).

Mientras, el crudo estadounidense Texas marcó 85 dólares el barril (frente a los 84,99 del día anterior), y el gas natural rondó los 6 dólares (en línea con las sesiones anteriores).

Y los expertos no esperan fuertes repuntes de los precios de estas materias primas a corto plazo. Como explica Álvaro Rodríguez, de Oddo Securities, "no hay nada nuevo desde la crisis de Egipto. Si continúan las tensiones, los precios de las dos materias primas subirán, pero se seguirán moviendo en los niveles actuales. Parece que la situación no irá más allá". La razón es que los mercados están haciendo oídos sordos a todas estas tensiones.

Según Pedro Mendi, profesor de la Facultad de Económica de la Universidad de Navarra, "en la actualidad, la producción de petróleo está relativamente diversificada, y se están descubriendo reservas en países con menos probabilidad de conflicto, como Brasil. Esto hace que el impacto de la inestabilidad política en los países tradicionalmente productores sea más limitado. Es probable que tenga más efecto en el precio de las materias primas la política monetaria en Estados Unidos que la inestabilidad política de un país productor concreto".

Esta teoría, de momento, se está cumpliendo. De hecho, tanto petróleo como el del gas aún cotizan muy por debajo de sus máximos históricos. El precio del crudo europeo brent está un 40% por debajo de los 145,85 dólares que marcó en julio de 2008, mientras que el Texas aún está 70% por debajo (marcó su máximo de 146,30 dólares en noviembre de 2008).

Al gas natural le ocurre lo mismo: el precio máximo de esta materia prima (15 dólares) es un 150% superior al que registra hoy en el mercado.

Además, aunque tanto Bahréin como Libia Aunque son productores de crudo y gas, sus reservas son inferiores a las de otros países como Arabia Saudí, Abu Dhabi, Qatar o Irán, que sí podrían generar más tensión los mercado.

De ahí que, como explica Joaquín Casasús, director general de Abante Asesores, "los problemas aparecerían si se produjera un corte en el suministro de las materias primas. Entonces, sí que podríamos ver fuertes repuntes en sus precios. Pero, afortunadamente, las revueltas no han llegado a los países potencialmente peligrosos".

En el caso de España, la dependencia energética de Bahréin es nula, y la de Libia es muy reducida. Según los datos del Ministerio de Industria a cierre de 2009, sólo un 2,1% del gas que importa el Estado procede de Libia. En el caso del petróleo, la dependencia es del 9%.

Sí puede haber tensiones en las deudas soberanas

Aunque todo parece indicar que no vamos a vivir una crisis de las materias primas energéticas, los expertos no descartan un nuevo coletazo de la crisis de deuda soberana que lleva instalada en Europa un año. De hecho, este es el único impacto que podría producirse a corto plazo.

Si las tensiones continúan en el norte de África y en Oriente Medio, los analistas están convencidos de que los inversores huirán hacia activos más seguros.  Y el refugio por excelencia es el bono alemán. Una estampida de dinero hacia el bund supondría un aumento de la prima de riesgo de muchos países, incluido España.

El motivo de que se amplíen las primas de riesgo es que cuando los inversores apuestan por el bono alemán, su rentabilidad disminuye. Por eso, la distancia entre él y el bono soberano de cualquier país aumenta.

Por eso, como apunta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citigroup en España, "se pueden producir tensiones en el mercado de deuda europeo si los inversores, en pleno ataque de pánico, deciden volverse más selectivos y salen a buscar activos alemanes".

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