México: Licitación de campos terrestres supera esperanzas del gobierno

  • Una subasta para la extracción de hidrocarburos de 25 campos terrestres mexicanos superó las expectativas del gobierno al adjudicar la totalidad de esos yacimientos, mientras que el gran perdedor fue el hombre más rico del mundo, el magnate Carlos Slim, que pujó con ofertas conservadoras.

Catorce consorcios y 26 compañías individuales -de más de 80 que habían pre-calificado- participaron en la licitación para los campos de petróleo y gas, entre ellas Carso Oil And Gas, propiedad de Slim, que ganó ningún contrato.

La licitación fue un éxito a pesar de que muchos de los yacimientos están en tres estados -Nuevo León, Tamaulipas (noreste) y Veracruz (este)- que sufre de la violencia de los carteles de la droga y robos de combustibles. Los otros están en los estados de Tabasco y Chiapas (sureste).

En todo el país se descubrieron en los primeros 11 meses de este año 5,091 tomas clandestinas de ductos de combustible, comparado a 3,286 en 2014, según datos oficiales.

Pero la subasta quedó atractiva para inversionistas, especialmente porque la mayoría de esos campos están probados, es decir, ya han producido hidrocarburos.

Empresas mexicanas y un consorcio liderado por una empresa holandesa se adjudicaron en la primera parte de la licitación cuatro campos con reservas de más de 100 millones de barriles.

Aunque la de Slim compitió por varios de esos campos, se fue con las manos vacías debido a que sus ofertas, en cuanto a las regalías que otorgaría al gobierno, estuvieron en bastante por debajo de las que hicieron las firmas triunfadoras. Ni siquiera se llevó un segundo lugar en sus apuestas.

De ese bloque, el campo Tajón situado en el estado de Tabasco lo ganó la Compañía Petrolera Perseus, el de Cuichapa-Poniente (Veracruz) se lo adjudicó Servicios de Extracción Petrolera Lifting de México, y los yacimientos Bardocón (Tamaulipas) y Molocán (Veracruz) se los llevaron, respectivamente, Diavaz Offshore y el consorcio de Canamex Dutch (Holanda) con las mexicanas Perfolat de México y American Oil Tools.

En el segundo bloque destinado a los campos de menos de 100 millones de barriles, la canadiense Renaissance Oil Corp. destacó en la maratónica subasta al adjudicarse tres de los denominados Campos Sur, llamados Malva, Mundo Nuevo y Topén, situados en el estado de Tabasco, con costas en el Golfo de México.

Esta licitación forma parte de la llamada Ronda Uno, con la que México puso en marcha la apertura de su sector petrolero, bajo el monopolio de Petróleos Mexicanos durante más de 80 años.

"Los primeros barriles de extracción comercial de petróleo nacidos de la reforma energética deben de venir de estos campos", ha dicho el secretario de Energía Pedro Joaquín Coldwell.

En las dos licitaciones previas de la Ronda Uno se subastaron 19 campos en aguas someras, de los cuales sólo se adjudicaron cinco, a pesar de la flexibilización de las bases de competencia ante la caída de los precios del petróleo.

Coldwell había esperado la adjudicación de al menos cinco campos en la subasta de martes, y dijo que terminar el "año con 10 contratos a dos años de que se aprobó el decreto constitucional, sería un buen signo".

Para las dos primeras licitaciones el gobierno estableció contratos de producción compartida que establecen la recuperación de costos bajo la aprobación de la secretaría de Hacienda, lo que implica una "sofisticada estructura administrativa" que difícilmente tienen pequeños operadores, comentó David Enríquez, de la consultora Goodrich, Riquelme y Asociados que lleva cuentas de firmas que han ganado contratos y otras que compiten el martes.

En la subasta del martes, las empresas obtuvieron contratos de licencia, que Enríquez define como "más amigables con el sector" porque sus ingresos se planifican sin pasar por la burocracia.

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