Pemex adjudica la mitad de zonas petroleras que ofertaba en el este de México

  • La empresa pública Petróleos Mexicanos (Pemex) adjudicó hoy tres nuevos contratos incentivados a las empresas Halliburton, Petrolite de México y Operadora de Campos DWF, en una licitación en la que otras tres áreas de exploración y producción fueron declaradas desiertas.

México, 11 jul.- La empresa pública Petróleos Mexicanos (Pemex) adjudicó hoy tres nuevos contratos incentivados a las empresas Halliburton, Petrolite de México y Operadora de Campos DWF, en una licitación en la que otras tres áreas de exploración y producción fueron declaradas desiertas.

El concurso público, tercero desde la reforma energética de 2008, se celebró en Poza Rica, en el oriental estado de Veracruz, y generó interés en 16 empresas nacionales y extranjeras, pero muchas de ellas se excusaron y en el momento de la licitación no presentaron ofertas.

Repsol Exploración de México, una de las contendientes, estuvo entre estas últimas y no hizo ofertas en ninguno de los seis campos petroleros licitados.

Uno de los contratos a 35 años fue concedido a la filial mexicana de la estadounidense Halliburton, en el área de Humapa, que tiene reservas 3P (probadas, probables y posibles) de 341 millones de barriles.

La mexicana Operadora de Campos DWF se quedó con la zona de Miquetla, donde hay reservas 3P de 248 millones de barriles, mientras que Petrolite de México se adjudicó el campo de Soledad, con 134 millones de barriles.

El director general de Pemex Exploración y Producción (PEP), Carlos Morales, felicitó a los ganadores y a todas las compañías petroleras que participaron en el concurso.

"Esperamos seguir contando con su participación y seguir sacando los barriles que están ahí abajo, que nos hacen mucha falta aquí arriba", dijo al término de la licitación.

Aparte de las tres adjudicaciones, otras tres áreas contractuales, Amatitlán, Pitepec y Miahuapan, que juntas acumulan 2.472 millones de barriles, fueron declaradas desiertas.

Sin embargo, al término del evento, el gerente regional de Suministros y Servicio Administrativos, Pedro Tomás Velázquez, anunció que "en las próximas dos o tres semana Pemex Exploración y Producción (PEP) convocará a una nueva licitación" de esas tres zonas.

En el concurso estaba en juego un área que se extiende sobre 953 de los 3.800 kilómetros cuadrados que ocupa la zona de Chicontepec, ubicada entre los estados de Veracruz y Puebla, y que atesora el 40 % de las reservas 3P en México.

La calidad del crudo de Chicontepec es de mediana a ligera y proviene de campos maduros, aquellos que fueron explotados en el pasado, pero que conservan recursos cuya extracción requiere de tecnología avanzada.

En los contratos incentivados, las empresas que los ganan no venden el crudo, que sigue siendo propiedad de Pemex, sino que lo entregan al monopolio petrolero mexicano a cambio de una tarifa por barril.

Estos contratos son un recurso que Pemex ofreció desde 2008 para atraer inversión privada a las áreas de exploración y producción de crudo, pero no han sido acogidos con excesivo entusiasmo por algunos inversores.

La ronda de hoy es la tercera después de las celebradas en agosto de 2011 para los campos del Santuario, Magallanes y Carrizo, y en junio de 2012 para dos áreas marinas (Arenque y Atún) y cuatro terrestres (Altamira, Pánuco, San Andrés y Tierra Blanca).

Las tres rondas celebradas hasta ahora son las primeras ofrecidas a empresas privadas desde 1938, cuando el crudo fue expropiado a las compañías privadas que lo extraían por decisión del entonces presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940).

Pemex es la quinta empresa mundial en términos de producción, con 2,5 millones de barriles diarios, además de ser el mayor contribuyente fiscal en México.

El futuro de la petrolera mexicana está en el centro del debate desde que el presidente Enrique Peña Nieto, en el poder desde el 1 de diciembre pasado, anunció su decisión de impulsar este año una profunda reforma energética.

El Gobierno busca modernizar Pemex y atraer a la empresa pública más inversión privada, un proceso que podría implicar cambios a la Constitución, algo a lo que se oponen la izquierda mexicana.

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