Los empresarios defienden la figura del aprendiz como solución al paro juvenil

    • El Gobierno reguló en noviembre la posibilidad de que las autonomías firmaran acuerdos con empresas para compatibilizar la formación profesional con un empleo.
    • Galicia se ha convertido en la primera comunidad autónoma en recuperar la figura del aprendiz para parados sin formación menores de 30 años.
El Círculo de Empresarios plantea que la formación profesional sea compatible con un empleo a tiempo parcial.
El Círculo de Empresarios plantea que la formación profesional sea compatible con un empleo a tiempo parcial.
Bruno Pérez

El aprendiz fue una de las figuras más arquetípicas del desarrollismo industrial español de los sesenta y los setenta. De hecho, constituía la principal puerta de entrada al mundo laboral para los jóvenes de entre 14 y 18 años que o bien no querían o bien no se podían permitir, por motivos económicos o familiares, continuar estudiando.

Éstos se ofrecían a empresas e incluso a profesionales autónomos (fontaneros, carpinteros...) para, a cambio de una retribución más bien testimonial, aprender un oficio.

En realidad, este tipo de relación laboral suponía una especie de formación profesional informal y, al cabo, hasta una preparación para el emprendimiento.

El empresario obtenía una valiosa ayuda a bajo coste en su trabajo cotidiano, mientras que el aprendiz adquiría todos los conocimientos necesarios para buscar su suerte en el mercado de trabajo. Era lo que las consultoras denominan hoy pomposamente un win-win game, en el que todos ganaban.

Con la universalización de la educación obligatoria, la fiebre por los títulos universitarios y la cada vez más estrictura regulación de las fórmulas contractuales en el mercado laboral la figura fue languideciendo hasta desaparecer.

Recuperar la figura del aprendiz

Tres décadas después, las principales organizaciones empresariales proponen rescatar ahora la figura del aprendiz como un cauce para luchar contra la inaceptable, según la terminología utilizada por la Comisión Europea, tasa de paro juvenil del 55,1% y también para resolver el déficit de profesionales técnicos existente en el mercado laboral español.

La última organización en pedirlo ha sido el Círculo de Empresarios, el lobby del ala más liberal del tejido empresarial español, que la ha incluido en un completo documento de propuestas para reactivar el crecimiento económico.

En concreto, el Círculo propone recuperar la figura del aprendiz en el marco de una nueva Formación Profesional Especializada, para el tramo educativo de entre 16 y 18 años, cuyo objetivo debería ser captar a los estudiantes que hayan demostrado una mayor capacidad para los trabajos técnicos en el etapa escolar anterior.

El aprendiz podría tener un trabajo a tiempo parcial al mismo tiempo que completa su formación, que incluso, subraya el Círculo, podría desarrollarse en la misma empresa "como se hacía en su día".

No es la primera vez que una organización empresarial plantea esta medida. El vicepresidente de CEOE y presidente de la patronal del metal, Javier Ferrer, planteó esta medida a finales de 2011 cuando ya se escuchaban los tambores de nueva reforma laboral.

Su idea era que se regulara, en el marco de la formación profesional dual, esta fórmula laboral, con una jornada que no podría superar el 50% de la jornada normal y un salario inferior al SMI.

Varios meses después, el Gobierno ponía negro sobre blanco parte de este propuesta en el proyecto de formación profesional dual. En realidad, dado que se trata de una competencia autonomica, se limitó a regular el marco legal necesario para que las autonomías que así lo quisieran suscribieran acuerdos con los empresarios para buscar un apoyo laboral a la formación profesional de sus jóvenes.

Los jóvenes podría tener una experiencia laboral por una doble vía: a través de la formación profesional dual, lo que no les daría derecho a un sueldo, sino a una beca, como mucho; o a través de un contrato de formación y aprendizaje, que realmente está pensado para que jóvenes sin formación puedan obtener un certificado profesional, más que para que los estudiantes compatibilicen su formación con un empleo.

La Xunta de Galicia se convirtió hace unas semanas en una de las primeras comunidades autónomas en desarrollar este modelo al suscribir un convenio con la Confederación de Empresarios de Galicia para recuperar la figura del aprendiz como medida de fomento el empleo juvenil.

En su versión gallega, el contrato de aprendizaje puede extenderse hasta tres años, lleva aparejado la consecución de un certificado formativo (existen 545 certificados de profesionalidad) por parte del aprendiz y se podrá suscribir con parados de baja cualificación menores de 30 años.

Para estimular su funcionamiento, la Xunta ofrecerá una bonificación de entre el 75% y el 100% sobre las cuotas a la Seguridad Social a las empresas que lo suscriban, que, por cierto, ya pueden empezar a hacerlo.

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