Ésta es la balanza fiscal que el nacionalismo catalán prefiere ignorar

    • Hacienda revela que apenas el 0,08% de las rentas generadas en Cataluña repercuten en el resto de España.
    • Reduce a 50 millones de euros el déficit fiscal catalán, frente a los 15.000 millones que reivindica la Generalitat.

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Bruno Pérez

¿Sale perjudicada Cataluña en sus relaciones financieras con la Administración Central? La pregunta se ha convertido en una de las cuestiones claves a dirimir en las elecciones autonómicas que tendrán lugar el próximo domingo.

Para el actual gobierno de la Generalitat el asunto no es opinable. Ha hecho sus cálculos y de éstos resulta que si se tienen en cuenta los ingresos tributarios generados en el territorio y los gastos que el Estado efectivamente realiza en el mismo, Cataluña sale sistemáticamente perdiendo de esta relación por una cuantía equivalente al 8% del PIB regional, unos 15.000-16.000 millones anuales si se traduce la pérdida a euros.

Éstos son los datos que alientan el desencanto catalán y en que se apoya la teoría nacionalista del expolio, según la cual España habría sacado tajada desde el punto de vista financiero de su relación con Cataluña y habría llegado el momento de exigir que el territorio reciba, en forma de gasto público, lo que aporta en ingresos al bienestar común.

Muchos han sido los que desde la política o la teoría económica han cuestionado el plantamiento de la Generalitat desde el argumento irrebatible de que no son los territorios los que pagan impuestos, sino las empresas y las personas, lo que, según ellos, debería desactivar cualquier potencial sentimiento de agravio.

Sin embargo, existe un modo directo de calcular la aportación real del tejido económico catalán al bienestar general, al margen del enconado debate académico en torno a la forma de calcular las balanzas fiscales y que se basa en datos oficiales: los de la Agencia Tributaria.

Anualmente, la Agencia utiliza toda la información que recibe de las declaraciones tributarias de empresas y particulares para elaborar un cuadro que pone en relación los salarios pagados por las empresas ubicadas en cada una de las comunidades autónomas y los salarios percibidos por los residentes en esos territorios.

El resultado compone una suerte de balanza de rentas que permite observar de forma más directa que con cualquier otro indicador la contribución de un determinado territorio a la riqueza general del país.

¿Cómo? Muy sencillo. Si los sueldos pagados por las empresas ubicadas en una determinada región superan los salarios percibidos por los residentes en la misma significará que ese excedente de rentas habrá terminado repercutiendo en los bolsillos de trabajadores residentes en otras regiones.

La vinculación de esta circunstancia con la generación de riqueza en otros territorios es clara, ya que esas rentas se sustanciarán en consumos y pagos de impuestos de los que se beneficiará la región receptora de esas rentas, no la emisora.

Según esta balanza de rentas, la contribución de Cataluña al bienestar general del país es más bien escasa. Los datos de la Agencia Tributaria muestran que en 2011 las empresas con domicilio fiscal en esta comunidad autónoma abonaron salarios por una cuantía de 68.475 millones de euros, mientras que los trabajadores de la región percibieron sueldos por 68.424 millones.

Es decir, el desequilibrio de la balanza de rentas de Cataluña con el resto de España es de apenas 50 millones de euros, o, de otra forma, apenas el 0,08% de la riqueza total generada por el tejido productivo catalán repercute fuera de la región.

Unas cifras que contrastan dramáticamente con las de la Comunidad de Madrid. Las empresas de la capital pagaron en 2011 un total de 106.910 millones de euros en sueldos, de los cuales más de 35.000 millones se abonaron a trabajadores residentes en otras comunidades autónomas.

La cifra supone un tercio del total de las nóminas pagadas por las firmas de la región y nada menos que un 10% del total de sueldos que se pagaron en España en 2011.

Las empresas con domicilio fiscal en Madrid pagaron la nómina a 4,6 millones de asalariados; 1,7 millones eran residentes en otras autonomías. En el caso catalán, esa cifra se reduce a 50.000 personas.

Sin datos de Navarra y País Vasco, la Comunidad de Madrid y Cataluña son, junto a Cantabria, las únicas comunidades autónomas que presentan una contribución neta a la riqueza nacional vía salarios. De las tres, es Cataluña la que realiza una contribución menor.

En el lado opuesto de la balanza está Andalucía, que percibe 11.000 millones de euros en salarios abonados por empresas de otros territorios de los que se benefician más de 600.000 asalariados.

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