El Gobierno ha renunciado a incluir en su proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2013 la rebaja de un punto en las cotizaciones sociales de los empresarios comprometida hace unas semanas, según han confirmado a EP fuentes de los agentes sociales.
En un principio, el Gobierno había previsto reducir las cotizaciones empresariales en un punto en 2013 y otro punto adicional en 2014, tal y como se contemplaba en el decreto de ajustes del pasado mes de julio.
Los cálculos realizados entonces por la Seguridad Social apuntaban a que esta medida provocaría una caída en la recaudación de 1.115 millones de euros en 2013 y en 3.890 millones de euros en 2014, si bien desde la oposición esta factura se elevaba hasta 3.500 y 7.000 millones de euros, respectivamente.
Tanto la oposición política como los sindicatos habían criticado esta medida, dada la delicada situación financiera del sistema público de pensiones.
La Seguridad Social ha tenido que recurrir este mismo año por primera vez a la utilización de fondos externos, en este caso, los remanentes del fondo de las Mutuas de Accidentes de Trabajo para pagar la nómina de las pensiones.
Incluso el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, ha abierto la puerta a recurrir al hasta ahora intocable Fondo de Reserva, la hucha de las pensiones, para pagar las prestaciones del sistema público.
La previsión del Gobierno es que las cuentas de la Seguridad Social cierren en equilibrio este año. Sin embargo, en los últimos días se han conocido datos que podrían dificultar este objetivo.
Por un lado, el IPC cerró agosto en el 2,7%, lo que augura una costosa paga de revalorización para evitar que los casi nueve millones de pensionistas que hay en España no pierdan poder adquisitivo. De cerrar en el entorno del 3% el sobrecoste para las arcas públicas sería de 3.000 millones de euros.
Pero es que, además, la nómina mensual de las pensiones está creciendo un 60% más de lo presupuestado, lo que obligará a la Seguridad Social a poner 2.000 millones más de los previstos.
Y todo ello en un contexto en el que el número de afiliados a la Seguridad Social y, por tanto, de cotizantes al sistema es cada vez menor y no da síntomas de recuperación.
En resumen, la Seguridad Social se ha dado de bruces con la cuadratura del círculo, pagar una factura inesperadamente alta con menos recursos.
Toda una invitación para renunciar a medidas que rebajen los ingresos del organismo.
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