Giambattista Valli, el diseñador italiano que sabe dar que hablar

El italiano no era un desconocido antes de que estas dos creaciones se volvieran virales. Ya había vestido a actrices como Penélope Cruz o Nathalie Portman para la alfombra roja, y firmado el vestido rosa palo con el que Jessica Biel dio el sí a Justin Timberlake en 2012.

Pero el 28 de septiembre de 2014, Amal Alamuddin lo llevó a una nueva dimensión al elegir un atrevido minivestido en macramé blanco con flores de colores bordadas que le permitían presumir de piernas, durante un paseo por los canales de Venecia ante las cámaras del mundo entero al día siguiente de su boda con George Clooney.

Unos meses más tarde, la cantante Rihanna también causó sensación en la entrega de los premios Grammy con un vestido palabra de honor rosa chicle con tantas capas de tul que necesitó tres asientos.

Los dos diseños desataron un aluvión de comentarios en las redes sociales, algunos burlones, pero generaron sobre todo una gran curiosidad por Giambattista Valli y un verdadero entusiasmo por sus creaciones.

El diseñador nacido en Roma y afincado en París asegura que no había ningún plan publicitario detrás, en una entrevista con la AFP durante la Semana de la Moda de Milán.

Su explicación: a él le gustan las mujeres y muchas de ellas le corresponden.

"Todas las mujeres que llevan mis creaciones lo hacen porque tienen realmente ganas de lucirlas, no hay ningún contrato detrás", afirma. "Llevan mi ropa sencillamente porque les gusta y eso es una de las cosas más bonitas".

Para él, el impacto creado por la flamante señora Clooney con su vestido se debe esencialmente al espectacular cuerpo que la seria abogada había lucido poco hasta entonces.

"Puedo decir que desde el punto de vista físico, Amal es una belleza que le pega mucho a Valli. Es una combinación estupenda", explica y precisa rápidamente que su fascinación por las mujeres no se limita a las que tienen un físico espectacular.

"Me gustan las mujeres que tienen ingenio, inteligencia. No soy muy físico. Es una cuestión de puntos de vista, es la filosofía de estas mujeres. Tienen el poder de la mente", asegura.

El diseñador, que cuenta con Lee Radziwill, de 82 años y hermana de Jackie Onassis, entre sus mejores amigas, se declara siempre dispuesto a ir hacia donde no lo esperan.

"El hecho de que Rihanna llevara un vestido de baile a una ceremonia pop y de una manera tan natural fue sorprendente", cuenta encantado.

Se niega, sin embargo, a cuantificar el impacto de esta publicidad en su negocio, que administra de manera independiente sin el respaldo de una multinacional.

Valli, que presenta sus colecciones de alta costura y prêt-à-porter en París, llegó a Milán para presentar la nueva colección de su línea joven, Giamba, con vestidos de muñeca con cinturón de clavos o un minishort de rayas combinado con un chaleco vaquero.

"Todas las mujeres son importantes para mí", señala.

"Incluso las desconocidas que vienen a mi tienda sólo a mirar, sin comprar nada, o las estudiantes que me ayudan a hacer este desfile. Cualquiera que comparta un momento conmigo es importante".

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