El pasado martes, el ministro de Economía, Luis de Guindos, se felicitaba de la emisión de un bono sindicado a diez años que había colocado ese día el Tesoro con un éxito sin precedentes.
Además de conseguir recaudar 7.000 millones de euros, esta colocación fue especialmente importante por la disparada demanda que tuvo, que alcanzó los 22.700 millones de euros, y que ha convertido este papel en el nuevo de referencia.
Hasta ahora, los modelos que estaban referenciados a Bloomberg y Reuters utilizaban como deuda de referencia un bono a 9 años que, al tener un plazo ligeramente inferior al sindicado del pasado martes, gozaba de una menor rentabilidad.
La del nuevo, cuyo vencimiento es en enero de 2023, asciende al 5,40%, lo que hará, según las estimaciones del ministerio de Economía, que su diferencia respecto al bono alemán se incremente en unos 22,76 puntos básicos.
Por tanto, el mercado recogerá hoy este cambio, derivado de un cambio técnico, no de un aumento de la percepción del riesgo de la deuda española, como destacan desde la cartera dirigida por Luis del Guindos.
De hecho, los grandes agentes de mercado ya tienen descontado este efecto,. "Los creadores de mercado, bancos de inversión e inversores finales en deuda soberana ya utilizan la nueva referencia como benchmark", explican desde el Tesoro.
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