Reino Unido deja en espera la entrada de Sáenz en el consejo de Santander UK

  • Alfredo Sáenz, consejero delegado de Santander, tiene un grave problema en Reino Unido. Condenado por el Tribunal Supremo, aún no ha recibido el visto bueno de la autoridad británica para ejercer como consejero de Santander UK. El Banco de Inglaterra impide que cualquier persona condenada en un proceso penal ejerza como consejero de una entidad financiera.
El Supremo inhabilita y condena a prisión al consejero delegado del Banco Santander
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E.Utrera/R.Ugalde
E.Utrera/R.Ugalde

El pasado 30 de noviembre, Ana Patricia Botín nombró a Alfredo Sáenz consejero de Santander UK.Ésta fue una de las primeras decisiones de la ejecutiva al frente de la filial británica del banco español, cuyas riendas lleva desde el pasado 1 de diciembre, tras haber recibido el visto bueno del supervisor bursátil del país, la Financial Services Authority (FSA).

Sin embargo, mes y medio después, y aunque ambas peticiones se cursaron a la vez, el nombramiento de Sáenz está todavía pendiente de recibir el visto bueno de la autoridad británica. Una dilación que contrasta con la celeridad con que Reino Unido autorizó el nombramiento de Ana Patricia Botín.

Desde Santander declinan hacer ningún comentario sobre el retraso en el proceso de Sáenz, y se limitan a reconocer que todavía está pendiente de ser tramitado por la FSA.

Las autoridades británicas son especialmente duras cuando un miembro del consejo de una entidad financiera está inmerso en una causa penal. La hipotésis de que Sáenz no haya sido ratificado como consejero aún por está razón gana fuerza.

Ya había sido condenado a seis meses de prisión por la Audiencia Provincial de Barcelona en diciembre de 2009 por las mismas causas por las que, ahora, el Tribunal Supremo ha endurecido la pena hasta decidir incluso su inhabilitación.

La sentencia, que aún no ha sido redactada, se dará a conocer previsiblemente a finales de enero. En principio, ésta obligaría a Sáenz a cesar de forma inmediata como consejero delegado de Santander.

Sin embargo, la entidad prevé presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, siguiendo la estrategia que los primos Alberto Cortina y Alberto Alcocer siguieron en 2003 para hacer frente al caso Urbanor. La pena de inhabilitación especial puede ir de tres meses a 20 años.

El problema es que la Ley de Intervención del Banco de España impediría a Alfredo Sáenz seguir ejerciendo como consejero delegado de Santander si tiene una sentencia condenatoria en su contra.

Reino Unido, primera preocupación de Botín

Fuentes cercanas a la entidad aseguran que, en estos momentos, la situación de Sáenz en el Reino Unido es la que más preocupa al presidente Emilio Botín.

La primera razón es de prestigio, ya que la City es especialmente cuidadosa con la buena reputación de sus ejecutivos. Las mismas fuentes aseguran que el banco ya está buscando alternativas si el no de la FSA al cargo de consejero de Sáenz es definitivo.

La segunda cuestión que mantiene en vilo al presidente de Santander tienen que ver con la gestión. La entidad había delegado toda su confianza en el binomio Ana Patricia Botín-Alfredo Sáenz para cuidar los intereses del banco en Reino Unido, por lo que el bloqueo a Sáenz podría obligar a replantear toda la estrategia.

Tras la salida del portugués Antonio Horta-Osorio en dirección a Lloyd's, Emilio Botín recurrió al dúo más potente posible en un momento especialmente delicado al otro lado del canal.

Además, Sáenz está considerado como el tutor de Ana Patricia Botín. Son muchos los que han visto en su nombramiento como consejero de Santander UK una réplica de la estategia exitosa llevada a cabo por la entidad en Banesto.

El nombramiento de Ana Patricia Botín como primera ejecutiva del banco en Reino Unido se interpretaba como el último paso en su fomación antes de dar el salto definitivo al puente de mando de Banco Santander. Una prueba de fuego en la que el apoyo de Alfredo Sáenz es decisivo para ganarse la confianza del mercado si saca adelante con nota sus nuevos retos.

Santander tiene que digerir todavía la compra de las oficinas adquiridas a Royal Bank of Scotland y, sobre todo, preparar el grupo para su salida a bolsa este mismo año. Una operación que podría alcanzar los 4.000 millones de euros y  que Botín ha convertido en la pieza clave para reforzar sus recursos propios y su crecimiento futuro.

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