"Todos los meteoritos encontraron comprador", anunció la casa de subastas Lucien Paris que efectuó la subasta en la sala Drouot. Esta excepcional venta colocó en el mercado la colección del ingeniero Pierre Delpuech, que constituye la más importante subasta de este tipo de objetos.
El meteorito de Gibeon, encontrado en Namibia, estaba valorado entre 60.000 y 65.000 dólares, y fue adjudicado a un comprador asiático por 130.000 euros.
Otra pieza central de esta excepcional venta, una siderita de cerca de 17,8 kilos encontrada en el Cañón del Diablo, en Arizona, en Estados Unidos, cuyo valor estaba estimado entre 60.000 y 65.000 dólares fue adjudicada por 37.000.
En tanto, un objeto encontrado en la URSS en 1947, cuyo precio de salida era de entre 500 y 600 euros, fue comprado finalmente por 2.000 euros.
La colección de Pierre Delpuech incluía varios pallasitos, un tipo de meteoritos encontrados en Siberia occidental que tienen la particularidad de contener grandes cristales olivinos, de colores vivos, incrustados en hierro y nickel.
El valor de los meteoritos considera aspectos como su rareza, su valor científico, pero también su forma, su estructura y su belleza.
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