El arbitraje de las preferentes de Bankia tardará casi un año en resolverse

    • El elevado número de casos, y la meticulosidad del proceso, hace que la resolución de todos los expedientes se vaya a dilatar varios meses.
    • Gran parte de los afectados son empleados y familiares de ellos, que quedarán fuera del arbitraje.
De Guindos abre la puerta a compensaciones estatales por las preferentes
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Ruth Ugalde

La decisión del Gobierno de abrir un proceso de arbitraje para que puedan recuperar su dinero todos aquellos clientes de Bankia a los que realmente se les vendieron preferentes y deuda subordinada de manera irregular todavía tiene un largo camino por delante.

La dificultad que supone valorar uno a uno los más de 100.000 casos que suman las siete cajas agrupadas en Bankia retrasará hasta finales de año el cierre de todos los procesos, según ha podido confirmar lainformacion.com con fuentes implicadas.

Esto no significa que todos los afectados tengan que esperar hasta diciembre para recuperar su dinero, sino que el elevado volumen de trabajo, sumado a la complejidad del caso y a la meticulosidad que requiere cada análisis hará que éstos vayan resolviéndose de manera gradual en un proceso que amenaza con dilatarse hasta final de año.

"Se trata de un proceso lento y el objetivo es tenerlo concluido para antes de terminar el año", señalan fuentes conocedoras.

Además, todavía faltan por atar varios cabos antes de empezar a resolver los casos. El primero, que el Ministerio de Economía y el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) decidan si los preferentistas y tenedores de deuda subordinada que ya canjearon sus híbridos -en su mayoría clientes de Bancaja y Laietana- tienen derecho a acudir al arbitraje.

El segundo es definir los criterios que determinarán qué clientes sí pueden considerarse estafados. Esta labor tendrá como primer filtro a KPMG, firma de servicios profesionales a la que se ha encargado analizar todos los casos y valorar aquellos que sí tienen indicios de mala praxis.

Una vez seleccionados, se enviarán a las autoridades de Consumo, que serán quienes digan la última palabra sobre qué clientes deben ser resarcidos y cuáles no.

Descontar los intereses

Suma y sigue, porque incluso aquellos que salgan victoriosos de este procesos no deben esperar recibir la misma cantidad que invirtieron, ya que el diseño que se está haciendo contempla restar a estas cantidad los intereses que ya se hayan cobrado durante los años que sí se pagaron las preferentes.

Como el argumento esgrimido para denunciar mala praxis de las entidades es que los clientes creían estar contratando un depósito en vez de un híbrio, el arbitraje descontará la diferencia entre la rentabilidad que habrían obtenido con este producto más seguro y la que han logrado con las preferentes.

Por ejemplo, a un cliente que suscribió hace cuatro años una preferente al 7% se le estima que en depósitos habría conseguido un interés medio del 3%. La ganancia extra conseguida con esos cuatro puntos de diferencia durante los cuatro años se le restará al dinero que invirtió y el resultado deberá ser el importe final que deberá devolvérsele, en caso de que así lo dictamine el árbitro.

¿Y de dónde saldrá el dinero para pagar a los preferentistas? Es otro de los aspectos por dilucidar, ya que la factura promete ser muy elevada y, aunque nadie se atreve a dar una cifra cerrada, se habla de horquillas entre los 500 y los 800 millones de euros.

En principio, podría hacerle frente la entidad con cargo a su excedente de capital o el Estado. En cualquier de los dos casos, en última instancia seremos todos los españoles quienes paguemos la factura de las preferentes, ya que Bankia es un banco nacionalizado, que debe devolver los 18.000 millones que le ha prestado Bruselas.

Asumir pérdidas

Éste dinero permitirá al FROB convertirse en el primer accionista del banco cuando se cierre el canje de cocos por títulos de Bankia, al que seguirá un proceso similar con los híbridos, dos operaciones que deben estar concluidas antes del próximo 31 de marzo.

Será así como los actuales tenedores de preferentes y deuda subordinada cambiarán estos productos por acciones del banco, lo que les dará el control del entorno del 30% del capital.

Una vez hecho este canje será cuando podrá empezar a devolver su dinero a aquellos clientes que el árbitro determine que se les vendieron de manera irregular estos productos.

Actualmente existen unos 6.900 millones de euros en estos instrumentos, de los cuales, más de 3.000 millones son preferentes en manos de pequeños ahorradores, unos 2.000 millones corresponden a deuda subordinada, y el resto está en manos de inversores institucionales.

Estos productos híbridos serán canjeados por títulos de la entidad con unas quitas que oscilan entre el 15% y el 45%, según ha pactado Bankia con las autoridades de Bruselas. Por tanto, todos aquellos clientes que resulten perdedores en el proceso de arbitraje, deberán asumir esta pérdida.

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