El Gobierno deja de vender bancos por un euro: exige un cheque por Catalunya y NCG

    • Economía ha dicho a las entidades interesadas que estas ventas deberán hacerse poniendo dinero sobre la mesa
    • Los potenciales compradores exigen a cambio pasar todos los activos tóxicos al banco malo y cubrir los costes de reestructuración
El Gobierno sacará CatalunyaCaixa a subasta una vez traspase sus activos dañados al 'banco malo'
El Gobierno sacará CatalunyaCaixa a subasta una vez traspase sus activos dañados al 'banco malo'
Ruth Ugalde

El Gobierno ha dicho basta. La creciente factura del rescate a la banca, que están pagando todos los ciudadanos, debe ser cortada ya. Por eso, el Ejecutivo ha decidido terminar con la venta de bancos por un euro.

Ésta es la hoja de ruta que ha dado a conocer el Ministerio de Economía a los potenciales compradores de CatalunyaBanc y NCG Banco, las dos entidades que la cartera dirigida por Luis de Guindos prevé poner en venta en los próximos meses.

Su objetivo es conseguir compensar con su venta parte del déficit que ha generado y va a seguir generando el rescate a la banca y que, por el momento, suma una factura de 15.000 millones entre el año pasado y los primeros nueve meses de éste.

Así lo reconoció el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, ayer durante su comparecencia en el Congreso, donde dijo que no volverán a repetirse subastas como la protagonizada por Banco de Valencia.

La entidad levantina ha sido adjudicada a CaixaBank por un euro, después de que el Estado, y por ende todos los españoles, hayan asumido una pérdida de 5.500 millones y un Esquema de Protección de Activos (EPA) que podría ascender a otros 600 millones.

Su caso, escandaloso por la factura que obliga a soportar a las cuentas públicas vía déficit, no es una excepción. CAM también fue vendida a Sabadell por un euro y Unnim a BBVA por el mismo precio. La diferencia es que, al menos sobre el papel, era el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y no el FROB quien iba a hacer frente a las EPAs, compromiso ahora puesto en duda al estar esta hucha vacía.

Precisamente, el hecho de que éste remanente se haya quedado sin dinero ha convencido al Banco de España de que las próximas subastas ya no contarán con este escudo antipérdidas.

Con CatalunyaBanc y NCG el comprador deberá poner sobre la mesa un cheque que permita compensar, en parte, el agujero que estas dos entidades han generado ya a las cuentas públicas.

Compensar el déficit

Por el momento, la catalana ha hecho un roto de 1.718 millones, que se contabilizaron en el déficit de 2011, y en breve generará otro de 1.250 millones al convertirse las acciones preferentes que concedió el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (FROB I) en acciones.

La gallega, por su parte, hizo que el déficit del pasado ejercicio se incrementara en 2.396 millones y, en breve, cuando se convierta su primer crédito del FROB, hará otro agujero de 1.162 millones.

En total, la suma de las ayudas concedidas a las dos entidades asciende a 6.526 millones, cifra que se queda pequeña cuando se compara con la valoración negativa que ha hecho el FROB de las dos entidades: -3.091 millones en NCG Banco y -6.674 millones en CatalunyaBanc.

"En el momento en el que el Estado cubra estas pérdidas, deberían computarse como déficit. Pero, como actualmente las tiene como participaciones para la venta, no está obligado a hacer todavía ese ejercicio", explica una fuente del sector.

La jugada que quiere llevar a cabo Economía para no cargar toda esta factura sobre las espaldas de los ciudadanos es compensar parte de la pérdida con la venta de las entidades. Es decir, que el dinero que consiga con su traspaso compensará, en parte, este agujero.

Una vez cerrada la venta, la diferencia entre el roto hecho en las cuentas públicas y el dinero ingresado con la desinversión sí que deberá apuntarse como déficit.

Para conseguir convencer a los potenciales compradores de que pongan sobre la mesa un cheque relativamente jugoso, Economía está argumentando que todos los activos tóxicos serán traspasados al banco malo, lo que hará que la parte que se venda de estas entidades sea realmente una activo atractivo y saneado.

No obstante, los banco interesados ya le han hecho saber al Ejecutivo que, además de limpiar CatalunyaBanc y NCG, deberá tener en cuenta los costes de reestructuración (cierre de oficinas y recorte de plantilla) que deberán llevar a cabo tras la compra de estas dos entidades.

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