El Gobierno estudia crear un gran hólding de bancos públicos

La reestructuración del sistema financiero español está a punto de dar otra vuelta de tuerca. La decisión del FROB -Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria- de suspender la subasta de CatalunyaBanc ante las pobres ofertas presentadas ha obligado al organismo dependiente del Ministerio de Economía a rehacer todos sus planes.

Éstos pasan ahora por elaborar un nuevo plan estratégico para las entidades nacionalizadas. Y entre las posibilidades que se barajan está la de crear un gran hólding en el que se agruparán las participaciones que tiene el Estado en entidades financieras.

Este vehículo estará encabezado por el FROB, ya que de él cuelgan todas las participaciones que tiene el Estado en la banca.

Las más importantes son BFA/Bankia, donde la totalidad del capital de la matriz es pública e, indirectamente, la mayoría de la filial; CatalunyaBanc, donde también será inmensamente mayoritaria; y NCG Banco.

Pero, tampoco debe olvidarse que el FROB también está presente en BMN, Liberbank, Ceiss y Caja3 (aunque estas dos últimas se prevé que sean vendidas a Unicaja e Ibercaja, respectivamente).

Una cartera construida con 50.000 millones

Todas estas participaciones se han terminado de adquirir con los algo más de 34.000 millones que Bruselas ha prestado a España para rescatar a estas entidades (además de los 4.500 millones concedidos a Banco de Valencia, que salió del perímetro del Estado al ser vendida a CaixaBank).

Pero también se incluyen los cerca de 16.000 millones que ya habían recibido las entidades con las inyecciones bautizadas como FROB1 (participaciones preferentes) y FROB2 (cocos).

En total, por tanto, el gran hólding bancario que podría crear el Ejecutivo sumaría los 50.000 millones que, en números redondos, se han ido dando a la banca a través de las diferentes inyecciones que se han realizado desde que estalló la crisis.

Con esta estructura, y tras el saneamiento llevado a cabo con el banco malo, la presencia del FROB en la banca pasaría a considerarse una participación financiera que, además, el Gobierno gestionaría con la vista puesta en conseguir el mayor dinero posible con la venta de las diferentes participaciones.

De hecho, el argumento que ha esgrimido el FROB para justificar su decisión de suspender la subasta de CatalunyaBanc es que las ofertas que había recibido por la entidad son muy pobres y, por tanto, ha preferido esperar para "maximizar el beneficio de los contribuyentes".